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Cinco libros

Empecemos por aclarar que soy un pésimo lector. Tengo demasiados prejuicios tontos:...

29 de diciembre de 2011 Por: Julio César Londoño

Empecemos por aclarar que soy un pésimo lector. Tengo demasiados prejuicios tontos: los títulos, la carátula, el papel, la diagramación, el grosor, los apellidos. Añadan a esto el desorden: sufro de una compulsión que no me deja leer de manera tranquila un libro completo. Siempre estoy dejando libros a medio leer por ahí para abrir otro y otro… Con todo, este año logré terminar la lectura de algunos títulos que me dejaron un grato regusto en la memoria y una rara sensualidad en las yemas de los dedos. El primero se llama ‘Algo va mal’. Con muy buena prosa y en muy pocas páginas, Tony Judt nos cuenta la historia económica del “primer mundo” en los últimos cien años, y demuestra cómo el neoliberalismo acabó con la edad dorada de los “estados del bienestar”, esa política humana que sacó al mundo de la postración de la Segunda Guerra. Su rareza estriba en que es el único libro legible sobre economía, y una crítica al neoliberalismo a la que no se le sienten nostalgias socialistas. El segundo es ‘Por los países de Colombia’, ensayos de William Ospina sobre quince poetas colombianos. Intentar estas “sumas” es difícil porque las obras de los poetas son muy disparejas; y también es disparejo el crítico, cuyos criterios cambian con el tiempo. La única solución es volver varias veces a lo largo de la vida sobre un autor, hasta que los varios lectores que hay en el crítico puedan formarse una opinión más o menos justa sobre los varios poetas que hay en cada poeta. Este fue el método utilizado por Ospina, y el resultado es una lección magistral de literatura colombiana. El tercer libro es ‘Los bárbaros, ensayo sobre la mutación’. En este volumen Alessandro Baricco analiza cuatro fenómenos populares: el fútbol, la producción masiva de vinos, los best sellers y Google. Es una reflexión que seduce por la transparencia de su lenguaje, porque ha sido hecha para pensar, no para defender cierta tesis, y porque Baricco es un intelectual que lanza una mirada humana, es decir, no sobradora, sobre la cultura popular y las tendencias de los jóvenes. El cuarto es ‘El optimista racional’. Con la tranquilidad y la objetividad de los hombres de ciencia, Matt Ridley sostiene que, contra todo pronóstico, la especie humana es un proyecto exitoso y progresista, incluso en lo ecológico. Para demostrarlo, Ridley acumula ejemplos de la manera como ha mejorado el bienestar de la humanidad, cita estudios antropológicos, económicos y sociales, ¡y recopila estadísticas agrícolas, comerciales y climáticas de los últimos diez mil años! Sin embargo, Ridley reconoce que está bien que los ecólogos prendan las alarmas. “El abuso contra los recursos del planeta es suicida”. Es un libro valioso por la enorme y seria compilación de datos y porque nos permite tomar aliento contra el alud de estudios apocalípticos que se publican todos los días.El quinto es ‘La serena hierba’, una antología venezolana de uno de los grandes poetas latinoamericanos contemporáneos, Horacio Benavides. Aquí están sus temas: el amor, la muerte, la infancia, los animales; y toda la paleta de sus recursos: la concisión, el misterio, el silencio, el pulso preciso. Si tuviera que salvar sólo un libro de mi biblioteca, no lo pensaría un instante para tomar la obra de este poeta caucano.