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Resiliencia empresarial

Una lección que nos deja esta crisis es que el bienestar y crecimiento del país depende en gran medida de que el sector productivo pueda seguir operando

19 de febrero de 2021 Por: Vicky Perea García

¿Qué ha pasado con el sector empresarial colombiano cuando estamos próximos a cumplir un año del inicio de la pandemia, uno de los periodos más difíciles en la historia de nuestro país? Ha luchado, se ha adaptado para superar imprevistos, transformar su producción y canales de comercialización, se ha comprometido con la sociedad al conservar sus puestos de trabajo, y con la salud de los colombianos al invertir importantes recursos en protocolos de bioseguridad.

Lamentablemente, son muchos a los que la crisis no les dejó opciones y tuvieron que cerrar. Esperemos que a medida en que se consolide la reactivación de la economía puedan retomar sus emprendimientos, por eso celebramos el inicio de la vacunación y estamos dispuestos a acompañar desde el sector privado con la logística necesaria, un tema esencial dadas las condiciones de refrigeración y caducidad de las vacunas.

En la más reciente ‘Encuesta de las Cámaras de Comercio de Monitoreo del Impacto de la Covid-19 en las Empresas’, aplicada a 8263 empresarios de todo el país, el 63,2% indicó que ha mantenido su planta de personal y el 3,8% dice que la aumentó, una muestra de resiliencia que hay que aplaudir y acompañar si tenemos en cuenta que el 99% son micros, pequeños y medianos empresarios.

Otro reflejo de que el sector empresarial del país sigue adelante pese a las dificultades es que el 63%, además de continuar con sus canales de venta presenciales, adoptaron las nuevas tecnologías para comercializar a través de redes sociales, páginas web, marketplace o servicios a domicilio.

Y corroborando que el sector formal de la economía no es la principal fuente de contagio y que respeta las normas sanitarias, el 50,6% de los empresarios destinó hasta el 20% de sus ingresos para adaptar los protocolos de bioseguridad y el 20,5% invirtió hasta el 40% de sus ingresos, con el fin de retomar y mantener su actividad comercial. Es importante que este esfuerzo de los empresarios sea acompañado por toda la población que no debe aflojar en las medidas de autoprotección, esenciales para evitar nuevos picos.

Asimismo, con la conciencia de las autoridades locales de que la protección de la salud no va en contravía con la actividad económica. Porque si bien los empresarios están poniendo todo de su parte, el 90% de los encuestados señala que no está en la capacidad financiera y productiva para soportar nuevos cierres.

Una lección que nos deja esta crisis es que el bienestar y crecimiento del país depende en gran medida de que el sector productivo pueda seguir operando para generar un círculo virtuoso de confianza que proteja y genere empleo, y recursos para los programas públicos de bienestar social. Por esto, es posible mantener el sector empresarial abierto y al tiempo proteger la salud colectiva.

Otra lección es que va en contravía de la competitividad del país en el corto, mediano y largo plazo usar la pandemia como excusa para debilitar instituciones que son clave para el crecimiento del sector empresarial. Afectar lo importante con el objetivo de resolver lo urgente nunca será el camino, que sin duda se construye fortaleciendo las palancas del desarrollo productivo.

AHORA EN Julian Dominguez Rivera