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Mayor articulación para competir

Es necesario romper con estos incentivos perversos aprendiendo como sociedad a premiar y reconocer las ventajas de trabajar articuladamente.

2 de noviembre de 2018 Por: Julián Domínguez Rivera

Uno de los motivos de reflexión en la reciente Asamblea de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio, celebrada en Lisboa, es por qué la comunidad iberoamericana crece al 2 % y el mundo crece casi al 4 %.

Sin duda, entre los factores que inciden en este rezago está la baja capacidad de articular propósitos colectivos en los países de nuestra región.

En el centro de esta problemática está la carencia de inteligencia colectiva para acometer los grandes desafíos que se tienen como nación para crecer armónicamente y lograr el bienestar de la población.

Nos preguntamos por qué no hay una adecuada articulación si teóricamente entendemos que la articulación, el trabajo concertado, genera inmensos beneficios.

La respuesta está en que la desarticulación tiene incentivos perversos, que premian en el corto plazo los logros individuales y no los logros colectivos.

Es necesario romper con estos incentivos perversos aprendiendo como sociedad a premiar y reconocer las ventajas de trabajar articuladamente.

En el caso de Colombia, una de las necesidades más apremiantes de este trabajo articulado está en el Sistema Nacional de Competitividad e Innovación, dado que son enormes los desafíos en esta materia, que se plasman en los retrocesos que estamos sufriendo en los ranking mundiales que la miden.

En buena hora, el Gobierno ha tomado la decisión de darle la mayor prioridad al Sistema, con una agenda definida y la suscripción de compromisos por parte de sus actores.

Para ello, se requiere trabajar muy fuerte en definiciones claras sobre cómo se van a aplicar las políticas públicas en innovación, en emprendimiento, en fortalecimiento empresarial, en comercialización en mercados internos y externos, entre otros asuntos de primer orden, entre ellos, la articulación de las entidades de gobierno y de éstas con las regiones.

En un estudio que realizamos en Confecámaras, encontramos que existen 107 programas de desarrollo productivo de 15 entidades, que evidencian descoordinación y duplicidad de roles dentro del sector público.

Se requiere que se incluya en el Plan Nacional de Desarrollo las definiciones de cómo se van a ejecutar las políticas públicas en las instituciones del Gobierno.

Asimismo, articulación horizontal, en donde, los ministerios y otras entidades trabajen al unísono en iniciativas conjuntas.

Y articulación vertical, para que se construyan políticas teniendo en cuenta la voz de las regiones y en donde el conocimiento fluya del centro a los departamentos, con el fin de que no se generen asimetrías entre la capacidad de ejecución de las regiones y la capacidad de ejecución del centro.

Dado que la red de Cámaras de Comercio de Colombia tiene la inmensa virtud, no sólo de ser capilar por llegar a todos los rincones del país, sino también comprometida con el desarrollo, como miembros del Sistema Nacional de Competitividad nos hemos comprometido a montar un observatorio con indicadores de articulación para identificar dónde existen las brechas en coordinación.

Nos comprometemos a promover y apoyar las políticas y los programas que se impulsen desde y para las regiones en pro de la actividad empresarial y a orientar la pertinencia de las intervenciones del Gobierno Nacional.

Estamos convencidos de que cuando se trabaja mancomunadamente entre sectores y regiones se logran importantes saltos en el desarrollo.

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