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La joya del Pacífico

El Centro de Eventos Valle del Pacífico es producto de la visión...

2 de abril de 2011 Por: Julián Domínguez Rivera

El Centro de Eventos Valle del Pacífico es producto de la visión y estrategia para llevar al Valle a constituirse en el epicentro colombiano de la Región Pacífica, la de mayor crecimiento mundial. Hace parte de la Triada del Desarrollo, conjuntamente con la Agencia de Inversión y el Buró de Convenciones, cuya misión es atraer conocimiento y capital estratégico a la región y convertirla en un destino apetecido por los visitantes.La región carecía de un lugar de encuentro que albergara esa visión y los centros de convenciones, que en su mayoría tienen un carácter público por ser parte del amoblamiento urbano para servir de motores de la economía de las ciudades, eran una vieja frustración, hasta que la Junta de la Cámara de Comercio en el 2001, por iniciativa de Rosita Jaluf de Castro, aprobó el proyecto.A partir de allí, en el año 2002 se constituyó un grupo promotor con la cadena productiva del turismo y se contrató la consultoría de la Cámara Colombo Alemana, cuya conclusión fue la factibilidad y necesidad de hacerlo.Siguió la etapa de consecución de un lote para lo cual hubo que atravesar un largo camino hasta el generoso aporte de Carlos Jorge Garcés y su familia.Concurso de diseño, trámite de licencias, aprobación del Concejo de Yumbo. Una construcción realizada en 11 meses. 500 empleos directos, 200 indirectos, 14.632 toneladas de concreto, 1.744 de acero, 647 pilotes, dique sobre el río Arroyohondo, tecnología de punta, bioclimatización y kilómetros de cable que conducen voz, datos y energía. 40 mil mts2 construidos, 40 mil mts2 de espacio verde, cabida desde 40 hasta 11.000 personas. Quinientos stands, son algunas de las cifras del Centro.Pero a lo físico trasciende la importancia en el impacto para la ciudad-región: 410 eventos hasta diciembre de 2010, el 42% internacionales y nacionales. Más de un millón trescientos mil visitantes. Ingresos en el 2010 por $58.000 millones equivalentes a más del 80% del valor del Centro, 52.000 noches de habitación y más de $2.000 millones en alimentos y bebidas.Capítulo especial merece la forma como se concibió el proyecto financiero del Centro de Eventos. La solución mezcló un aporte de la Cámara de Comercio con aportes ciudadanos, bajo el compromiso de ser la Cámara aportante de última instancia, lo cual garantizaba la terminación del proyecto y permitía generar la confianza necesaria.Seiscientos aportes por valor de $44.577 millones en el más reciente logro de liderazgo colectivo unidos al aporte de una tercera parte por la Cámara de Comercio. Así se logró el éxito, por cada peso que la Cámara de Comercio aportó, logró captar cerca de $2 más y fortalecerse patrimonialmente.Los centros de eventos no tienen un patrón financiero universal por tanto su modelo debe adaptarse frecuentemente. En el caso de Cali se ha logrado el hecho sin precedentes, de estar casi en el punto de equilibrio operativo a los tres años de su puesta en marcha, después de un ajuste de modelo a finales del 2009.Muchos recuerdos y anécdotas acuden a mi memoria y, algún día, escribiré la historia completa de este bello sueño para honrar a sus protagonistas y para decirles a quienes son escépticos que aquí se hizo algo grande fruto del liderazgo colectivo y la visión hacia el Pacífico.Los nombres de quienes contribuyeron están grabados en los muros del Centro, pero corresponde a todos cuidarlo y promoverlo, porque es el preludio de los buenos tiempos de la próxima década de América Latina cuyo meridiano pasará por el Valle del Pacífico.

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