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La fuerza productiva de la mujer

En cuanto a la mujer empresaria, es fundamental brindarle opciones de financiación, ya que esta ha sido una de las principales barreras que enfrenta a la hora de emprender sus negocios, a través de un sistema de garantías que les brinde respaldo para acceder al crédito formal.

5 de marzo de 2021 Por: Julián Domínguez Rivera

Un importante motor para el crecimiento del país es la información. Una sociedad que no cuenta con cifras ciertas sobre su sector empresarial, que se actualicen anualmente, no puede trazar una buena política pública para impulsar el desarrollo y la inversión, temas en los que requerimos allanar múltiples barreras.

Una de ellas se superó el año pasado cuando en buena hora se logró que el registro mercantil, institución clave para la competitividad empresarial, alojase cifras de género con lo cual podemos conocer el nivel de emprendimiento de las mujeres en Colombia.

Es así como durante 2020 el 51% de las empresas que se registraron como personas naturales fueron creadas por mujeres. Son 104.617 mujeres que asumieron el liderazgo de sumarse formalmente a la actividad productiva, ser independientes y generar ingresos para sus familias, ya sea por necesidad de salir adelante o por explotar todo su potencial profesional.

Del total de empresas creadas en 2020, 278.302 entre personas naturales y sociedades, el 36% que genera empleo tiene al menos una mujer dentro de su planta de personal y solo el 6% (9678) tiene al menos una mujer en cargos directivos, una brecha que se requiere descorrer para ampliar el acceso de mujeres a posiciones de toma de decisión a través de políticas de equidad de género en las empresas, no importa su tamaño.

Máxime cuando, de acuerdo con las cifras del Dane, la pandemia ha generado mayor desempleo en las mujeres que en los hombres: por cada dos hombres que perdieron el trabajo el año pasado, tres mujeres perdieron el empleo. Esto llevó a que la brecha de la tasa de desempleo haya pasado de 5,4 puntos porcentuales en 2019 a 7,7 en 2020.
Una situación lamentable que muestra una mayor vulnerabilidad de las mujeres en épocas de crisis, lo que demanda modernizar la legislación para facilitar el acceso de la mujer al mundo laboral, crear incentivos en la calificación de la mano de obra de las mujeres, acceso a educación de calidad e igualdad de oportunidades.

En cuanto a la mujer empresaria, es fundamental brindarle opciones de financiación, ya que esta ha sido una de las principales barreras que enfrenta a la hora de emprender sus negocios, a través de un sistema de garantías que les brinde respaldo para acceder al crédito formal.
Integrar completamente a las mujeres genera un retorno significativo para la sociedad, denominado ‘dividendo de género’, que se comporta como los de una empresa pública o privada, es decir, corresponde a los beneficios obtenidos de tomar decisiones correctas al invertir en mujeres como trabajadoras y líderes potenciales, al igual que entender a la mujer como consumidora y el impacto que su toma de decisiones tiene sobre la economía.

Está demostrado que los países que tienen mayor igualdad entre hombres y mujeres tienen más crecimiento económico. Sin duda, Colombia tiene en ellas una gran oportunidad para su reactivación, por lo cual hay que derribar todas las barreras que le ponen freno a la fuerza productiva de la mujer colombiana.

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