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El reto

Ocurre con la competitividad como en la vieja rima infantil que nunca...

17 de marzo de 2012 Por: Julián Domínguez Rivera

Ocurre con la competitividad como en la vieja rima infantil que nunca termina, porque se repite indefinidamente: “¿Quiere que le cuente el cuento de la gallina enana y el pollo zancón?”. Y cuando el niño responde sí, le dicen: “Yo no le he dicho que me diga que sí, sino que si quiere que le cuente el cuento de la gallina enana y el pollo zancón”.Ilustra la rima el proceso sin fin de la eficiencia productiva para satisfacer a consumidores cada vez más sofisticados, en un mercado donde la competitividad es permanente y nunca se alcanza, porque cuando se logra una meta siempre aparece otra mayor, entre otras cosas, porque otros países se están moviendo también.Lo cual se evidencia con nuestra posición en el escalafón del Foro Económico Mundial, donde no avanzamos del año pasado a este, permaneciendo en el puesto 68 entre 139 países, mientras que, por ejemplo, Perú y México, en América Latina, se movieron más rápido que Colombia. Esto debe ser una alarma suficiente, para arrancar cuanto antes los planes y rutas que el país debe cruzar para moverse en un tema en el que el país debe buscar estar a la vanguardia y no en la retaguardia.¿De qué depende, entonces, la competitividad? De varios factores que mide el Foro: 1. Los básicos, que son las instituciones, la infraestructura, la estabilidad macroeconómica y la salud y la educación básica, en donde Colombia se ubica en el puesto 73. 2. La eficiencia, que comprende la educación y el entrenamiento de alto nivel, los bienes de mercado, el mercado laboral, el grado de sofisticación del mercado financiero, la inmediatez de la tecnología y el tamaño del mercado, donde ocupa el puesto 60. 3. La innovación, que incluye el grado de sofisticación de los negocios y la innovación en sí misma, con el puesto 56.Pero avanzar en estos factores depende fundamentalmente de alianzas público privadas que permitan impulsar esos pilares de una manera determinante, porque no basta señalar dónde debemos avanzar, sino decir cómo debe darse el proceso de avance. Es decir, marcar rutas concretas que se deban recorrer, con cronogramas y con responsables para los temas donde estamos flojos: infraestructura, salud, educación básica y la eficiencia, principalmente.Colombia cuenta con un gran activo que es el Sistema Nacional de Competitividad e Innovación, es indispensable darle permanencia y continuidad a través de decisiones que lo fortalezcan, establecer mecanismos de medición y concretar acciones de dinamización del sector productivo. En este sentido, ya se adelantan dos iniciativas que lidera la Red de Cámaras de Comercio: El proyecto ‘Escalando el Emprendimiento’, que propone el diseño de un Sistema Nacional de Medición de Emprendimiento de Alto Impacto. Y un estudio de Ricardo Hausmann, que permitirá priorizar las nuevas actividades exportadoras, atendiendo calidad, sofisticación y valor estratégico. De otro lado, un diagnóstico realizado sobre las Comisiones Regionales de Competitividad en unión con el DNP, permitió establecer que es fundamental aumentar el involucramiento de los empresarios representativos de las apuestas productivas, contar con una legislación que las fortalezca, las dote de una estructura mínima de operación, que garantice la articulación entre las políticas nacionales y territoriales, y que fortalezca su papel como espacios para la priorización de proyectos que se adelantarán desde las regiones con recursos de las regalías.Estas acciones buscan que el país llegue a situarse en el contexto latinoamericano entre quienes están a la vanguardia en su tránsito hacia la competitividad y no entre quienes se alejan de tan importante meta.

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