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Pertinencia necesaria

En Colombia, la mayoría del sistema educativo continúa centrado en carreras y campos tradicionales, sin tener en cuenta los requerimientos de formación necesarios para la actividad productiva y de los desafíos actuales.

7 de enero de 2022 Por: Juan Esteban Ángel

¿Estamos formando a los colombianos en las habilidades necesarias para incorporarse efectivamente al mundo laboral? Lo que observamos es que en Colombia nos hemos dedicado a formar profesionales, desconociendo en algunos casos las necesidades y desafíos del mundo empresarial, generando, por un lado, altos niveles de frustración en una juventud que le apuesta todo a su formación y después ve puertas cerradas, y por otro, una dificultad para que los empresarios encuentren mano de obra calificada y que se ajuste a lo que el mercado altamente competitivo les exige.

Es paradójico ver cómo a julio de 2021 más de 3,4 millones de colombianos buscaban trabajo, mientras que solo cinco de cada diez empresas encontraron el talento que necesitaron (según estudio de Deloitte) y el 70% de los empleadores en Colombia manifestaron tener dificultades para hallar recurso humano con las habilidades que necesitaban (según estudio de Manpower Group).

En Colombia, la mayoría del sistema educativo continúa centrado en carreras y campos tradicionales, sin tener en cuenta los requerimientos de formación necesarios para la actividad productiva y de los desafíos actuales.

Por ejemplo, registramos un déficit de oferta laboral en el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, TIC, y en particular en materia de Sistemas y de Telecomunicaciones, que el Ministerio de Trabajo estima, ofrecen más de 84% de probabilidades de emplearse.
En ese sentido es necesario que abramos la discusión sobre el tipo de educación pertinente que se debe ofrecer a los jóvenes colombianos, de tal manera que les permita acceder a un trabajo decente y bien remunerado. Un trabajo que les signifique la posibilidad de acceder a productos y servicios que conformen un cierto nivel de bienestar.

Para tal fin es necesario tener una relación estrecha entre la academia y el sector productivo que logre identificar oportunidades y tendencias en materia laboral. Esa pertinencia debe también estar enfocada en las competencias específicas requeridas, según la vocación productiva de cada región, de manera que el impacto sea mayor y que se genere un ciclo virtuoso de conocimiento y productividad en los territorios.

Si queremos educación para la empleabilidad debemos fortalecer la formación técnica y tecnológica en el país, en muchos casos subvalorada en pos de una sobrevaloración de la profesionalización. Necesitamos que se amplíe el entendimiento y la visión de las competencias específicas, para que la formación pueda adaptarse a las cambiantes necesidades y oportunidades del mundo productivo.

Estas competencias deberán incluir otras habilidades hoy no tan básicas como son las llamadas blandas entre las que se destacan responsabilidad, fiabilidad y disciplina, resiliencia, trabajo en equipo, liderazgo y empatía social, identificadas como prioritarias hoy para las empresas y necesarias para cualquier persona que se vincule al mundo del empleo.

Sin duda la educación y formación del recurso humano es un aspecto central para facilitar el acceso a mejores empleos e ingresos, así como para aumentar la productividad y la competitividad del país. Debemos dar este paso hacia la pertinencia educativa, con especialización regional para que la oferta se conecte mayormente con las necesidades de unas empresas ávidas por crecer, y de un país que necesita mayor empleabilidad. De esta manera se responderá seguramente a una juventud en búsqueda de más oportunidades.
Sigue en Twitter @Juanes_angel