El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

El fútbol en la banca

Además de ser el centro de la discusión en salud pública, la pandemia del Covid-19 ha cambiado muchos aspectos sociales.

30 de abril de 2020 Por: Juan Esteban Ángel

Además de ser el centro de la discusión en salud pública, la pandemia del Covid-19 ha cambiado muchos aspectos sociales. Ha tocado todas las dimensiones de nuestra vida y tiene en jaque a quienes no estamos acostumbrados a la distancia y disfrutamos de escenarios de aglomeración y pasión colectiva, como el que se vive en el fútbol.

Así es: me gusta estar cerca de la gente, ir al estadio y soy hincha acérrimo. Vivo el fútbol antes, durante y después de los partidos. Soy de los que gritan frente al televisor y de los que quieren entrar a la cancha a decirle al técnico qué cambios debe hacer. Soy de los que reviven una y otra vez los partidos y las jugadas; de los que viajan por ver fútbol y no pierden oportunidad para hablar sobre él.

Sé que hay muchos que hoy me acompañan en este sentimiento. Y es que amar el fútbol es como amar la vida: con sus alegrías y sus tristezas, con su ansiedad y su expectativa, con las ‘cosquillas en el estómago’ que produce cada encuentro. Extrañamos el fútbol, como extrañamos a nuestros amigos. Nos hacen falta los goles, así como los abrazos para celebrarlos. Al fútbol lo echamos de menos por muchas razones.

Es una de las pasiones que más une a las personas. Es un ritual que nos saca de la rutina. Es la excusa para compartir y solo se necesita tener el mismo color de camiseta para sentir que estás rodeado de amigos.
Desde la gradería o frente a la pantalla, nuestros sentimientos confluyen y lo que pasa después de cada encuentro de 90 minutos nos recuerda que ganar y perder hace parte de esto que llamamos vida, y que por encima de cualquier resultado está la fuerza inquebrantable de lo que significa ser hincha.

Tal vez por justificar el tiempo que le dedico, me gusta pensar que el fútbol es mucho más que un deporte. Es cierto que los seres humanos tenemos la necesidad física de movernos y la necesidad social de entretenernos. Pero el fútbol va más allá.

Además del vacío que tenemos los hinchas, no se puede negar que desde el punto de vista de la empresa deportiva el Covid-19 está goleando y no se visualiza el mejor resultado para este campeonato. Aficionados, jugadores y muchas personas que dependen económicamente de este deporte están en total incertidumbre.

La propuesta de la Dimayor de reactivar la liga profesional en Colombia a puerta cerrada ha sido descartada, hasta ahora, por el presidente Duque, con el argumento sensato de la falta de garantías para la salud de los jugadores y de todos los relacionados, afirmando que “no hay un protocolo funcional para el fútbol, ni nadie puede jugar fútbol con tapabocas”.

En el mundo, el efecto ya es evidente. Las ligas más importantes están suspendidas: la Bundesliga de Alemania, la Premier League en Inglaterra y la Liga de España, todas están sentadas en la banca. Las pérdidas de la industria futbolera por cuenta de la pandemia podrían ser millonarias. Según KPMG la suspensión de las cinco ligas más importantes puede traer un impacto negativo de entre 3,4 y 4 billones de euros.

Habrá que esperar cómo avanza la emergencia en el país para proyectar alternativas que permitan volver a activar la economía del fútbol, garantizando la seguridad de todos los actores y consecuentes con la situación de salud que se vive. Ojalá se encuentre una solución, porque más allá de la afición, el fútbol es el sustento de muchas familias, y como hincha, anhelo que pase pronto de la banca a la cancha.

Sigue en Twitter @Juanes_angel