El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Ciudad Gótica

Mucho se ha hablado de la nueva película del Guasón, aquel villano de Ciudad Gótica, lugar en la que transcurre la mayor parte de la vida de este personaje siniestro y la de su némesis, Batman.

26 de noviembre de 2019 Por: Juan Esteban Ángel

Mucho se ha hablado de la nueva película del Guasón, aquel villano de Ciudad Gótica, lugar en la que transcurre la mayor parte de la vida de este personaje siniestro y la de su némesis, Batman.

Ciudad Gótica parece sufrir de oscuridad, corrupción, violencia y caos. La crudeza de la historia y la cercanía de su ficción con nuestra realidad, es justamente un llamado a la conciencia. Un cuestionamiento sin disimulo que nos invita a pensar en nuestro futuro como sociedad. Vivir en Ciudad Gótica o no, depende de la capacidad que tengamos de reconocernos como seres diferentes, pero unidos unos con otros, de cómo interactuamos como seres humanos, en medio de la búsqueda individual y legítima de la felicidad y la prosperidad.

Los ciudadanos son cada vez más conscientes de la necesidad de un cambio social y del cuidado ambiental, por lo que prefieren trabajar y consumir productos de empresas con sentido social y que respeten el entorno. El estudio realizado por Nielsen, el Global Corporate Sustainability Report, mostró que el 66% de los consumidores están dispuestos a gastar más en productos de marcas responsables y sostenibles.

Hay un hecho innegable: las empresas que no avancen en incorporar la conciencia social y un propósito mayor al de la generación de utilidades, serán obsoletas. En el pasado quedó la idea de hacer negocios sin considerar el impacto en su entorno, o la de buscar sólo la maximización del valor para los accionistas.

Vemos ya muchas empresas, empresarios consolidados y emprendedores redefiniendo el concepto de ‘éxito’ y con una nueva conciencia, avanzando hacia lo que Michael Porter llamó “la creación de valor compartido”. Estamos en la era de la creación de valor responsable o lo que algunos autores como John Mackey y Raj Sisodia han denominado “Capitalismo Consciente”.

Esta es una filosofía empresarial y un modo diferente de entender el capital, que refleja mejor la relación entre los recursos y el ser humano, y que destaca el potencial real que tienen las empresas para crear un impacto positivo en la sociedad.

La columna vertebral es hacer que el capital aporte no sólo al crecimiento económico, sino a generar oportunidades para el bienestar, en un modelo de negocio que genuinamente contribuya a resolver o reducir los problemas de desigualdad.

Un modelo que muestra con evidencia suficiente la incorporación de los valores intrínsecos del Capitalismo Consiente es el de la economía solidaria. En el cooperativismo los individuos se unen y su colectividad persigue el objetivo del crecimiento y bienestar común. La meta de uno es la meta de todos. Cada individuo contribuye con el fin de cumplir los objetivos propios, a la vez que facilita el cumplimiento de los objetivos de los demás.

Vivir y generar riqueza con un propósito mayor de bienestar humano y social es posible. Abrazar la transparencia, la honestidad y las prácticas éticas hace a las empresas más atractivas para los consumidores, a la vez que incrementa el compromiso y productividad de los empleados. Mayor consciencia nos da la oportunidad para construir en Colombia un tejido empresarial con raciocinio social, enfocado al bienestar colectivo, contribuyendo a un país con menores desigualdades y mayor justicia social y donde nos alejemos del caos apocalíptico que nos presenta la ficción de Ciudad Gótica.

Sigue en Twitter @Juanes_angel