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La Coalición de la Experiencia

No más frustración causada por la corrupción que estrangula el progreso y desnaturaliza al Estado. La gerencia de la integridad y la ética debe liderarse desde la cabeza del Estado.

21 de septiembre de 2021 Por: Juan Carlos Echeverry

Me preguntan por qué quiero ser presidente. Porque ningún campesino debe ser esclavizado para producir coca. Porque ningún niño o joven debe recibir una educación deficiente en el colegio, los oficios o la universidad. Porque nadie que ponga pan sobre la mesa debe ser considerado informal. Porque ningún empresario debe ser maltratado por el Estado que sostiene. Porque si nos empleamos a fondo, con seriedad, claridad y empeño, podemos llevar a este país a ser mucho, muchísimo mejor.

No dejemos que el pesimismo nos impida ver la década esperanzadora en la que estamos. Colombia descubrirá lugares desatendidos por generaciones. Haremos las cosas de manera diferente, ‘crearemos’ economía donde no la hay.

Para eso debemos descentralizarnos. El futuro se basará en cada región. Pioneros, que los hay muchos, verán al país con ojos distintos para crear empresas formales y pujantes. Es la forma de equilibrar las dos Colombias separadas, distintas, hurañas. El empresario tendrá tecnología, la pedagogía volverá a la educación. Debemos llenar a las mentes y los corazones de los jóvenes para que encuentren trabajo y no caigan en el desespero y la protesta.

Buena pedagogía formando jóvenes, y nuevas empresas impulsando las regiones y las zonas pobres de las ciudades, crearán los trabajos del futuro y les pondrán plata en el bolsillo. Necesitamos una Colombia que confía y en la cual confiar. Niños que realmente aprenden, y padres y madres que saben que sus hijos no están a merced de la droga y la criminalidad.

Una Colombia en la que el agricultor y el empresario manufacturero sepan que pueden contar con un precio justo para sus productos y pueden sacarlos a tiempo al mercado y hacer ganancias. Un sistema financiero que apueste por el éxito del empresario y del agricultor. Un gobierno que mitigue el riesgo para créditos abundantes y baratos.
Los funcionarios se dedicarán a ayudar a impulsar el progreso; les allanarán el camino a los mercados y todos tributaremos para crecer y crear economía, y no al contrario. Más jueces, dotados de tecnología y entrenados harán una justicia accesible, imparcial y eficaz. El Estado dejará de ser un estorbo que impone trámites y regulaciones y dificulta su cumplimiento.

La distribución de ingresos y riqueza pasa por trabajos formales y bien pagos. Las normas se deben adaptar a la realidad para cada trabajador, independiente o empleado, de forma que gane y evolucione.

Colombia es la suma de regiones heterogéneas. Se construirán vías terciarias y se mantendrán las existentes. Nos volcaremos sobre la Colombia lejana para que no quede a merced de fuerzas oscuras, hoy más potentes que nunca. La batalla por la paz, la seguridad y la justicia es también la batalla por la economía. Cumpliremos con la paz, pero ganaremos las guerras que aún persisten.

No más frustración causada por la corrupción que estrangula el progreso y desnaturaliza al Estado. La gerencia de la integridad y la ética debe liderarse desde la cabeza del Estado.

42 años de experiencia en la administración pública y el sector privado me llevan a proponer un enfoque basado en la transformación y no solo reformas. En el cómo y no sólo el qué. Desde las regiones y no sólo desde Bogotá. En crear y no sólo crecer. En pedagogía y nunca demagogia. Con base en ellos propongo la Coalición de la Experiencia, dispuesto a escuchar las propuestas y principios de personas con similar propósito.
Sigue en Twitter @JCecheverryCol