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Rescatado por la poesía

La poesía sana. Qué más poema que el dinámico “levántate y anda”....

24 de octubre de 2012 Por: Jotamario Arbeláez

La poesía sana. Qué más poema que el dinámico “levántate y anda”. La poesía salva. Qué más poema que el condicionante “El que esté libre de pecado tírele la primera piedra a la pecadora”. La poesía crea. Qué más poema que el creacionista "Hágase la luz". La poesía libera. Qué más poema que el imperioso “Retírate, Satanás” La poesía redime. Qué más poema que el glorioso “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.He conocido poetas que hacían llover -como el ‘brujo’ Simón González cuando era gobernador de las Islas-, para disolver una protesta pública. Y los que impiden que llueva, como el contratista del Festival de Teatro de Fanny Mikey. Poetas que con sus versos han dado vueltas al mundo, amado y esposado princesas y amasado fortunas. Poetas noveles que terminaron de Nobeles. Un poeta exclamó a la muerte de un tirano “Mi pluma lo mató”.Otro amigo, Sigifredo López, sufrió lo indecible por parte de la guerrilla, que lo secuestró por 7 años con 11 compañeros de la Asamblea, y por parte de la Justicia, que lo encalabozó tan pronto lo soltó la otra, acusándolo de autosecuestro, secuestro y asesinato de sus amigos. De lo primero y de lo segundo lo han salvado sucesivos milagros, manifiestos en Dios y la poesía. Al extremo de poner al Fiscal General, y a los investigadores policiales que lo acusaron sin suficiente prueba, a presentarle rendidas excusas públicas.Él me cuenta que en su inicial desventura la poesía cumplió una labor de sanación, porque un secuestrado es como un muerto en vida. La poesía le sirvió para vivir -según sus propias palabras-, para sanar heridas, ya que todo lo de afuera, tanto pasado como futuro, era doloroso. Doloroso era pensar, recordar, escudriñar el futuro, anhelar, soñar. En cambio la poesía le servía para conjurar el dolor.Se le daba un cuaderno para un año, y un esfero. Pero él, que a pesar de no fumar recibía su ración periódica de cigarrillos, los cambiaba con los guardianes por nuevos cuadernos para llenar con sus poesías. Donde se reiteran los temas de la lejanía, el olvido, la nostalgia, la tristeza, la desesperanza, el suicidio, la muerte, la añoranza, el regreso, pero siempre el amor por su esposa, su madre, sus hijos.En varias ocasiones le decomisaron sus cuadernos y se los quemaron. Por lo que decidió memorizarlos. Cada día dedicaba horas a repetirlos mentalmente del 1 al 10, del 11 al 20, hasta lograr salvar cien, que son los que publicará en próximo libro, titulado ‘Rescatado por la poesía’.Continúa diciéndome que la calidad de sus versos la juzgará el futuro -el único fiscal confiable-, pero que la función que esos poemas cumplieron fue mantenerlo con vida. Y con fortaleza para enfrentarla. Ya que es la labor del poeta escribir para enfrentar al mundo que le duele. Y que en esa medida el hombre es poeta cuando sueña, cuando vive, cuando añora, cuando refleja su dolor. Esa actividad con la pluma le dio dignidad a su cautiverio.Pero además de ocupar su tiempo con la poesía lo ocupaba orando, pues la oración es el poema cuando va a Dios. En la única opción de creer o no, él decidió creer y orar con intensidad y hasta tuvo experiencias místicas. La Virgen le habló y le dijo “El milagro está hecho”. Acababa de ocurrir la ‘operación Jaque’. Cinco meses después llegaba la noticia de su liberación, que para él no fue sorpresa porque ya lo sabía. Durante esos cinco meses se había estado preparando para su liberación, “porque la Virgen me lo había soplado”.A otros la poesía les sirve para promoverse en la tierra. Pero se necesita ser un poeta muy bien templado para lograr conmover el cielo, y gracias a la poesía regresar sano y salvo de su paso por dos infiernos.

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