El pais
SUSCRÍBETE

Vargas Llosa tenía razón

¿Y quién asesoró al presidente colombiano Gustavo Petro para que emitiera un juicio de valor sobre lo que estaba sucediendo en el Perú? “Si alguien acorraló” a Pedro Castillo fue él mismo...

11 de diciembre de 2022 Por: José Félix Escobar

Sin ninguna duda el peruano contemporáneo más ilustre es el escritor Mario Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura y referente obligado de la cultura universal. Cuando hace un año triunfó en las elecciones presidenciales del Perú el candidato Pedro Castillo, Vargas Llosa expresó que no guardaba expectativa alguna en un gobierno dirigido por un maestro de segundo de primaria.

Nada más respetable que el oficio de maestro de niños pequeños. Pero la afirmación de Vargas Llosa hay que entenderla como un llamado a que las distintas actividades humanas sean dirigidas por quienes tienen las aptitudes y conocimientos necesarios. De seguro un hombre ilustre como Vargas Llosa fracasaría estruendosamente como profesor de párvulos.

Dirigir los destinos de un Estado contemporáneo se ha convertido en una labor difícil y compleja. No se trata en el caso de Perú de una pequeña isla remota en la cual un anciano de la tribu local puede tener éxito como gobernante a base de sentido común y buenas intenciones.
Perú es una nación extensa, con población multiétnica y una economía diversificada.

Lo que Vargas Llosa temía acaba de suceder. El presidente Castillo cometió uno de los errores clásicos de los ineptos: personalizó su cargo y se creyó indispensable. Por falta de preparación en las artes gubernamentales, Castillo se enfrentó reiteradamente con los poderes legislativo y judicial.

Cuando el presidente supo que lo iban a declarar inmerso en incapacidad moral dio el paso más absurdo: ordenó suspender temporalmente el Congreso y pidió a las Fuerzas Militares que lo respaldaran. La lealtad castrense quedó en claro: el ejército peruano es fiel a la Constitución y no se embarca en aventuras golpistas.

Castillo, como todos los demagogos populistas, creyó que el haber sido elegido por votación popular le brindaba un blindaje contra las críticas a su gestión y una licencia para desconocer la separación de poderes, fundamento esencial del sistema democrático.

La más grave distorsión de la democracia latinoamericana es la tendencia al autoritarismo. Tan pronto es elegido un populista, comienzan a salir de su boca exabruptos, que esperan total aceptación de parte de los ciudadanos que los escuchan. Su intolerancia los lleva a confrontar a los medios que opinan con independencia.

En Cuba y Nicaragua no existe ninguna libertad de opinión o de crítica. Venezuela se encuentra en situación parecida y, lo más preocupante, es que México, bajo la presidencia del populista López Obrador, también ha confrontado con beligerancia a los medios y a los periodistas.

¿Por qué razón los gobernantes populistas creen tener el derecho a meter las narices en lo que sucede en otros países? López Obrador acaba de expresar una opinión muy sesgada de lo que sucedió en Perú con su amigo Pedro Castillo. De inmediato la cancillería peruana protestó contra lo que considera una injerencia mexicana en los asuntos del Perú.

¿Y quién asesoró al presidente colombiano Gustavo Petro para que emitiera un juicio de valor sobre lo que estaba sucediendo en el Perú? “Si alguien acorraló” a Pedro Castillo fue él mismo por su incapacidad en el manejo de las cuestiones de Estado y por aferrarse a las fórmulas del populismo autoritario.

Mario Vargas Llosa no se equivocó cuando en 2021 advirtió al mundo sobre la manifiesta ineptitud del presidente Pedro Castillo.

AHORA EN Jose Felix Escobar