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Sensatez

El Siglo XX se encargó de hacer perder cualquier respeto por las ideologías.

9 de septiembre de 2018 Por: José Félix Escobar

Los catalanes a través de la historia se han mostrado orgullosos de lo que ellos denominan “seny”, es decir, el buen juicio, la sensatez y la cordura.
Pero a Cataluña la invadió en los últimos años la ideología nacionalista, verdadero cáncer que carcome a las sociedades humanas. Mario Vargas Llosa es durísimo al respecto: “El nacionalismo es una ideología que ha servido siempre a los sectores más cerriles de la derecha y la izquierda para justificar su vocación autoritaria, sus prejuicios racistas, sus matonerías, y para disimular su orfandad de ideas tras un fuego de artificio de eslóganes patrioteros”.

Ese viejo pueblo, asentado en una esquina de España, se está deshaciendo hoy entre el intento de los soberanistas por escaparse de España y la decisión férrea del Estado español de conservar la unidad de su territorio. Se ha llegado a la insensatez de pintar de amarillo (el color del independentismo) parques y fachadas, como en los viejos tiempos en que el nazismo utilizó similar barbarie. Las familias catalanas se han fracturado, la gobernabilidad es cada día más difícil, todo por culpa de la ideología nacionalista.

No se puede perder la sensatez, ni aún en episodios en apariencia aislados. Todos los seres pensantes de este mundo se recienten con el ejercicio del poder por parte del presidente Donald Trump. Todos desearían que este negro cuatrienio terminara pronto. Pero es imposible aceptar la falta de juicio de los editores del periódico The New York Times cuando acogieron como editorial una columna anónima. Lo que quisieron expresar en el fondo perdió valor ante esta lamentable forma. No se puede permitir que la libertad de prensa se convierta en una ideología.

El Siglo XX se encargó de hacer perder cualquier respeto por las ideologías. Fueron tantas las muertes causadas por quienes abrazaron el credo marxista y tantas las tragedias ocasionadas por quienes reaccionaron desde la ideología fascista, que esa sujeción a los clisés mentales (en eso consiste la ideología), perdió valor y respetabilidad. En un apunte de exquisito humor, Gabriel García Márquez dijo un día que su única ideología era el amor…

Los prejuicios ideológicos son predadores naturales de la sensatez. Fijémonos nada más en lo que está sucediendo en Colombia con un decreto anunciado por el gobierno del presidente Duque que busca confiscar los alucinógenos que la Policía encuentre en parques y sitios públicos. Aún no ha sido expedido el decreto y ya saltaron como fieras a criticarlo todos los que proclaman su ideología libertaria. Desde que se despenalizó el consumo de una dosis personal, los toxicómanos han invadido al país.

Los expertos señalan que el mayor consumo se presenta en la franja de los 12 a los 24 años. Los libertarios ignoran adrede que entre los 12 y los 18 años las personas son menores de edad, sometidas por lo tanto a la patria potestad de sus mayores. Durante la pasada campaña electoral centenares de madres de familia le expresaron al candidato Iván Duque su honda preocupación por el uso de drogas, cada vez más extendido entre sus hijos. Ignoramos si al candidato Petro las madres de familia le dijeron lo mismo. Pero lo cierto es que de acuerdo con nuestra Constitución los derechos de los menores de edad prevalecen sobre los derechos de los demás. Bienvenida, pues, la anunciada medida del gobierno Duque.

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