El pais
SUSCRÍBETE

Otras plagas

Como era de esperarse el Covid-19 llegó a Colombia. Nunca antes se había presentado una distancia mayor entre las noticias serias sobre la enfermedad y las nerviosas y casi irracionales informaciones sobre su poder letal.

8 de marzo de 2020 Por: José Félix Escobar

Como era de esperarse el Covid-19 llegó a Colombia. Nunca antes se había presentado una distancia mayor entre las noticias serias sobre la enfermedad y las nerviosas y casi irracionales informaciones sobre su poder letal. Por supuesto que se trata de un estado gripal muy fuerte. Pero de ahí a construir todo un universo de miedo y prevención hay mucho trecho. La primera observación que brota tiene que referirse a los peligros de las redes sociales cuando se desbocan.

Hasta el momento las muertes causadas por el virus llegan a 3400 en todo el mundo. Para poner las cosas en perspectiva, según cifras oficiales solamente en Colombia se produjeron en 2019, 11.630 homicidios. La plaga del Covid-19 es seria y precisa de mucha atención sanitaria. Pero no podemos continuar estrujando todas las relaciones humanas, sociales y económicas por la presencia de la epidemia.

Existen otras plagas. Perniciosas, dañinas y de muy difícil erradicación. Hablaremos en primer término de los violentos: son aquellos seres humanos que por una razón o por otra e incluso sin razón, buscan la eliminación física de otros seres humanos. El Oriente Medio se ha caracterizado por ser la región más violenta e inestable del mundo. Todos los días nos llegan noticias sobre actos de guerra que, curiosamente, se dirigen contra los civiles.

No se puede caer en el lugar común de identificar a los musulmanes con la violencia. Aparte de los exaltados fanáticos que pueblan el Medio Oriente, existen cientos de millones de musulmanes pacíficos que desarrollan normalmente sus vidas en varios continentes. India, Indonesia y varias regiones del África son ejemplo de lo que afirmamos.

También existe la plaga de los desalmados. Se trata de líderes que ejercitan día a día una forma inhumana de poder. Son los tiranos, dictadores, déspotas u hombres fuertes, o como se los quiera llamar. El más escandaloso ejemplo lo tenemos al borde de nuestra frontera. Nicolás Maduro ha empujado fuera de su país a más de 4 millones de personas desesperadas por todas las carencias que se han presentado en el seno de uno de los países más ricos en recursos naturales.

Bashar al-Ásad ha demostrado ser el médico más desalmado del planeta. Desde su arribo al poder la guerra civil en Siria no ha parado un instante. Millones de refugiados han tenido que escapar del horror creado en ese rincón del medio oriente. Al-Ásad encontró en otro líder desalmado, Vladimir Putin, el aliado ideal para perpetuarse en el poder. Y el trío de esa región lo completa el presidente turco Erdogan quien no tiene empacho alguno en tratar a los refugiados como moneda de cambio.

Existe también la plaga de los avivatos. Esos amigos del saqueo a las arcas públicas pululan en nuestro país. No son exclusivamente los que se roban los recursos públicos. Existen también los que hacen uso indebido de los bienes del Estado. Pensamos en la directora del hospital de Amagá en Antioquia quien de la manera más fresca decidió viajar a Medellín en la ambulancia del pueblo para cumplir una cita en la capital del Departamento.

* * *


Nos tienen olvidados. Las instituciones del poder central en Colombia resolvieron hacer a un lado las peticiones del Valle del Cauca y dilatar hasta el máximo la conclusión de nuestras obras prioritarias. Solo la unión de los estamentos económicos, cívicos y políticos obtendrá algún resultado.

AHORA EN Jose Felix Escobar