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Gobernar es…

Para la pujante Argentina de mediados del Siglo XIX, gobernar significaba llevar...

14 de abril de 2014 Por: José Félix Escobar

Para la pujante Argentina de mediados del Siglo XIX, gobernar significaba llevar gente a esas extensas tierras. “Gobernar es poblar”, dijo el presidente Alberdi. Algo semejante sucedió en los Estados Unidos del Siglo XIX, cuando se recibió a millones de inmigrantes europeos y se les invitaba, tan pronto como pisaban suelo norteamericano, a ir al Oeste. Por aquellas épocas esos vastos territorios se encontraban prácticamente desocupados y su paulatina urbanización redondeó el poderío de la gran nación del Norte de América.Para la Rusia bolchevique, gobernar significó mantener y agrandar el imperio que dejaron los zares. Esa fue la meta de la Unión Soviética, hasta que se derrumbó por el peso de sus incorregibles errores. Los nostálgicos de esa era, como Vladimir Putin, no dudan en afirmar que la mayor catástrofe del Siglo XX fue la desintegración de la Unión Soviética. De hecho Putin y los suyos se han propuesto ir rearmando poco a poco el rompecabezas: antes Osetia del Sur y Abjasia, ahora Crimea, mañana quizás el este de Ucrania.No faltan las interferencias de la ideología. Los alemanes cayeron bajo el embrujo de un locuaz agitador de origen austríaco, quien se propuso traducir en hechos políticos una cantidad de sofismas y falacias que partiendo de Hegel, atravesando por terrenos del Conde de Gobineau y tomando algo de Nietzsche, construyeron el credo del nazismo. Para Adolfo Hitler gobernar quiso decir dominar el mundo en nombre de la superioridad racial aria.Los chinos, por su parte, han dejado parqueada a un lado la ideología y se han propuesto aumentar el nivel de vida de la población mediante la adopción de un capitalismo económico al cual se le han extirpado sus componentes de libertad de pensamiento y de praxis democrática. Para los dirigentes chinos gobernar es llevar a millones de personas de las penurias del campo a la razonable calidad de vida de las megaciudades. En este proceso no se admiten reclamos ni devoluciones.Claro ejemplo de un perfecto antagonismo es lo que ha sucedido en la península de Corea. Mientras para el Norte gobernar es armarse hasta los dientes con el fin de defender la ortodoxia marxista, el Sur optó por educar a la población. Los resultados hablan por sí solos: el Norte ocupa el lugar 197 en el mundo con un PIB per cápita de US$1.800, mientras que Corea del Sur es la economía número 33 en la escala global, con un PIB per cápita de US$33.200.Colombia, durante el cuatrienio de Juan Manuel Santos, ha patentado un lema: gobernar es anunciar. Anunciar hoy dos veces más de lo que se anunció ayer y la mitad de lo que se anunciará mañana. De tanto anunciar se evita que se compruebe si lo prometido hace años ya se cumplió. Este frenesí de anuncios mezcla cosas buenas, regulares y malas. Los resultados de la economía, sin duda buenos, se entrelazan con sublimes ridiculeces como la de demoler las casas donde se consumen drogas (la venta del sofá…). Anuncios de millonarios recursos para Buenaventura contrastan con la reiterada llamada a cuentas que hacen a cada rato los promotores de los paros agrarios porque, según ellos, el gobierno anuncia y anuncia y poco cumple…***Todo indicaba que el Club Colombia tenía que salir bien librado de los ataques nacidos en terrenos de una deslealtad difícil de comprender. Enhorabuena para la vieja institución, símbolo insustituible de la ciudad.

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