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El centro ruge

Ojalá un gobernante oriundo de Bogotá dejara de pensar en reforzar cada...

29 de abril de 2013 Por: José Félix Escobar

Ojalá un gobernante oriundo de Bogotá dejara de pensar en reforzar cada día más a su ciudad, y meditara siquiera un momento en que el centralismo pierde terreno en el mundo, a pasos agigantados. Solo unos datos: más de la mitad del PIB mundial se genera en países con sistemas avanzados de descentralización; de los países con más de un millón de kilómetros cuadrados de extensión, los 8 más grandes poseen regímenes federales; Sudáfrica tiene tres capitales; la Unión Europea alterna sus sedes de mando entre distintas ciudades.En la etapa de desarrollo por la que atraviesa Colombia, es imperioso abandonar el esquema mental que nos legó el profesor Lauchlin Currie: que la población debe migrar del campo a las ciudades para poder dotarla de servicios básicos. Ese gran trasvase humano ya se produjo, como lo demuestran los estudios sobre crecimiento urbano en los últimos 50 años. Cualquiera puede comprobar que hoy nuestra capital está saturada de gente y de líos: terrible movilidad, escasez de espacio para seguir construyendo, descontrol de los ríos, desecamiento de los humedales, servicios públicos en ocasiones caóticos. A este gobierno sólo se le ocurre como solución a mediano plazo seguir concentrando la inversión en la capital, continuar con el paradigma del crecimiento constante, invertir en obras que se inician pero –como puede verse– no se terminan. Carece de proporcionalidad el hecho de que, según el IGAC, el 44 % del catastro inmobiliario esté representado en los bienes raíces de la capital. Alguien le está echando aire a ese globo. La generación de riqueza en la capital no excede en mucho la que se produce en Antioquia y en el Valle. Y no la supera si se suman estas dos regiones. El gran diferenciador es el gasto político, la inversión en infraestructuras públicas, la decisión estatal de incrementar el centralismo.Hay que desconcentrar y aflojar la presión artificial sobre Bogotá. Algún punto del eje cafetero debería ser la sede del gran centro de la asociación de cultivadores del grano. Un lugar cerca de Cali debe servir de sede a un gran Instituto del Pacífico, así como un sitio cercano a Barranquilla debe acoger al gran Instituto del Atlántico. La actividad energética debe ser coordinada desde un sitio cercano a Medellín. La política petrolera debe diseñarse en Barrancabermeja. Algún lugar de Córdoba puede servir de base al gran centro de estudio y dirección de las políticas ganaderas. Y así sucesivamente.Si de veras queremos el desarrollo armónico, no se deberían invertir $ 2 billones en el traslado de la base de Catam a Madrid (que ni los propios militares quieren); más bien pensar en el cambio de la escuela de aviación de Cali a Cartago, por ejemplo. Ni qué decir del enésimo anuncio de la iniciación del metro para la capital cuando aún no se ha finalizado el plan Transmilenio. Ni qué pensar de una inversión multimillonaria en un nuevo edificio para el Congreso. Etcétera, etcétera.Solo queda como consuelo el comprobar que el actual gobierno tiene enorme facilidad para anunciar y poca aplicación a la hora de cumplir.

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