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Una linda campaña

Al momento de escribir estas líneas completo 50 años de ejercicio político,...

12 de julio de 2012 Por: Jorge Restrepo Potes

Al momento de escribir estas líneas completo 50 años de ejercicio político, unas veces como funcionario, otras como miembro de corporaciones de elección popular, y algunas como partícipe de directorios liberales, departamental y municipal de Tuluá. Esas actividades públicas me han llevado a intervenir en numerosas elecciones, las más con éxito, otras con estruendosas derrotas, pero que jamás pudieron menguar mi espíritu liberal, que se ha mantenido incólume a pesar de las vicisitudes del viejo partido del trapo rojo.Pero jamás había observado tan gratificante gestión de campaña electoral como a la que asistimos en los comicios atípicos para elegir Gobernador del Valle.Viendo las debilidades administrativas de los candidatos que estaban en la liza, tres liberales, Miguel Yusty, James Gómez Hernández y yo, sostuvimos reunión con líderes de izquierda, entre los que estaban Jaime Sierra Delgadillo, del movimiento Progresistas, y María Isabel Urrutia de una disidencia del Polo Democrático Alternativo, y otros agitadores populares. Con ellos montamos una estrategia para convencer a la gente de la necesidad de apoyar la opción del voto en blanco, más con el ánimo de lanzar una voz de protesta que con el de repetir las elecciones pues sabíamos de la fuerza económica y política que tenían los candidatos de la Unidad Nacional y del PIN.En todas las campañas en las que he intervenido en ese medio siglo de actividad política siempre hubo un cuadro directivo, con presidente, vicepresidente, secretario, revisor fiscal y tesorero. En esto del voto en blanco no hubo cabeza visible pues todos trabajamos de consuno para lograr el espléndido resultado de movilizar hacia las urnas a 133.000 ciudadanos que así expresaron su descontento por la manera como se están manejando los intereses públicos en el Valle del Cauca.Como no había ni un peso, no hubo ni tesorero, ni revisor fiscal, ni nadie se hizo pasar por jefe, pues jefes fuimos todos, haciendo el trabajo que correspondía a cada uno. Yusty, Gómez, Sierra y yo movimos los medios de comunicación, que nos abrieron páginas y micrófonos para convocar a los indignados. Este periódico, al que debo rendir tributo de admiración por su generosa tolerancia, tuvo a 15 columnistas escribiendo sobre la necesidad de sufragar en blanco.Y allí está el resultado, que tiene que abrirles los ojos a quienes se autoproclaman dirigentes partidistas, que quedaron mal parados pues el señor Ubeimar Delgado obtuvo un porcentaje mínimo de la población electoral del departamento, a pesar de que contaba con los grandes gamonales del patio y, seguramente, con arcas bien provistas de dinero.El voto en blanco y su expresión en las urnas no constituye un partido político, ni sus promotores queremos que lo sea. Es una manifestación rebelde de la inconformidad ciudadana, y una alerta a congresistas, diputados, concejales, y al propio gobernador Delgado, para que sientan que sobre ellos está la mirada inquisidora de la gente que gritó que no comulga con el oxidado sistema de hacer política en Colombia y, particularmente, en nuestro Departamento.Como vallecaucano, deseo que el nuevo Gobernador tenga los arrestos suficientes para encarar con mano firme la tremenda crisis financiera que encuentra, y que tenga el valor y la voluntad política de no pagar favores electorales con puestos, a los que deben llegar únicamente los más competentes y honestos.

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