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Fin del chico pleito

Alguna vez escribí en este espacio que las diferencias entre Plaza de...

10 de febrero de 2017 Por: Jorge Restrepo Potes

Alguna vez escribí en este espacio que las diferencias entre Plaza de Toros de Cali S.A. y Fundación Plaza de Toros de Cali no eran más que un chico pleito, que se fue agrandando hasta tomar dimensiones de megapleito, en el que las dos partes en contienda no daban ni pedían cuartel. Llegamos a pensar que el litigio continuaría hasta la consumación de los siglos.Por fortuna, en un rapto de sensatez, los contendientes depusieron las armas, se sentaron a dialogar y fue así como se logró el consenso para que la Fundación aceptara dar por terminado el contrato de arrendamiento en virtud del cual había manejado los bienes de la sociedad anónima por 18 años, contrato que era la causa de los desencuentros pues la Fundación era la que hacía, bajo su exclusiva responsabilidad, las temporadas de toros en Cañaveralejo.Según el acuerdo, la Fundación ejercerá sus funciones -incluida la próxima temporada- hasta el 15 de enero del año venidero cuando hará entrega a la arrendadora de los inmuebles de Cali y Palmira, que constituían el objeto del contrato.En la asamblea de la Sociedad Anónima cumplida el 21 de abril, se eligió nueva junta directiva, ampliada a 9 miembros principales con sus suplentes, y un presidente, el doctor Víctor Manuel Salcedo. En esa junta están representados con tres miembros los gobiernos Departamental y Municipal, ambos fuertes accionistas, y los seis restantes fueron elegidos por los dos grupos que habían tenido diferencias en el pasado. Todos quedaron contentos. No hubo vencedores ni vencidos.A partir de la fecha convenida –15 de enero de 2011– la responsabilidad de los eventos taurinos quedará en manos de Plaza de Toros de Cali S.A. Que haya suerte y que todos los aficionados respaldemos sus proyectos que, seguramente, irán en beneficio de la fiesta brava y de la ciudad de Cali.Alcanzada la paz de los espíritus es bueno recordar a sus malquerientes que la Fundación Plaza de Toros de Cali, entidad hoy presidida por Eduardo Estela Garrido, al hacer entrega a la sociedad anónima de los bienes arrendados le dejará a esta entidad muchas mejoras en las instalaciones, cuyo pago podría ser exigido por la Fundación –que no lo va a hacer– pero cuya cancelación está contemplada por la ley colombiana, a saber:1.- Compra de lotes contiguos a los corrales de la plaza.2.- Adecuación e iluminación de la Plaza de Toros de Palmira.3.- 616 palcos de callejón, que dieron mayor aforo.4.- Planta eléctrica.5.- Cerramiento de los parqueaderos.6.- Sede Escuela Taurina.7.- Réplica del toro en bronce sobre la calle 5.8.- Reducción del ancho de las gradas internas, lo que permitió 264 puestos adicionales.Las obras relacionadas tienen un valor presente superior a tres mil millones de pesos que, desde luego, incrementan el patrimonio de la sociedad anónima, lo que quiere decir que no fue una víctima de la Fundación sino beneficiaria de esas mejoras. Los solos palcos de callejón permiten un ingreso adicional de 1.400 millones para la próxima temporada.Como miembro del Consejo Directivo de la Fundación en los últimos 15 años, soy testigo del buen manejo que se dio a los bienes recibidos en arrendamiento y del trabajo de todos los directivos, especialmente de los presidentes, entre los que destaca Eduardo Estela quien ni en sus peores crisis de salud abandonó el timón que le entregaron los fundadores para que dirigiera la entidad en dos periodos estatutarios.

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