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El primer pulso

Se equivocaron de fecha electoral los seguidores de Álvaro Uribe pues los...

28 de agosto de 2014 Por: Jorge Restrepo Potes

Se equivocaron de fecha electoral los seguidores de Álvaro Uribe pues los siete millones de votos que le pusieron a Óscar Iván Zuluaga el 15 de junio han debido depositarlos por la lista cerrada del gran jefe el 9 de marzo, cuando solo concurrieron tres millones, lo que le dio al Centro Democrático magra representación parlamentaria, 20 senadores y 19 representantes a la Cámara, algo así como el 13% del Congreso.Tengo amigos uribistas que aseguraban que con esas bancadas no habría quién los detuviese en los tremendos debates que adelantarían Uribe, José Obdulio y compañía, en ambas cámaras, y que Santos se vería en calzas prietas para sostenerse en el poder ante las catilinarias con las que le pasarían factura por lo que ellos estiman traición del Presidente al haber declarado su independencia desde el primer día de su mandato. Vas a ver, sentenciaban, a un Laureano Gómez redivivo, tumbando ministros y poniendo a Juan Manuel contra la pared.Yo dejaba que echaran su cuento pero mi larga observación de la política y los plurales períodos en los que asistí al Capitolio como representante y como Senador, me indicaban que la cosa no era como la pintaban, porque la experiencia enseña que un sector minoritario -y sin Gobierno que ayude- los tales debates devastadores no tendrían ningún éxito. Me atreví a decirles que con 20 votos en Senado y 19 en Cámara, no aprueban ni siquiera un proyecto de ley de honores a algún personaje que falleciera en Medellín.El primer pulso en el Congreso fue la elección del Contralor General de la República, en el que uno de los candidatos, Gilberto Rondón -el único Rondón que registra mi memoria es el coronel de la Independencia al que Bolívar ordenó salvar la patria, y la salvó con la carga de sus lanceros en el Puente de Boyacá-, tenía nexos con el uribismo, por lo que el Presidente le dijo a César Gaviria, que inexplicablemente también quería a Rondón en el ente de control, que no apoyaba esa aspiración porque Edgardo Maya Villazón le inspira mayor garantía de que no se convertirá en palo en la rueda del molino de la Administración. Conozco de vieja data al nuevo Contralor pues nos unen dos vínculos entrañables. Ambos somos bachilleres del Gimnasio Moderno y los dos tenemos título de abogado del Externado de Colombia. El país lo vio desempeñar con sapiencia y pulcritud el cargo de Procurador. Así actuará ahora como Contralor, pensando únicamente en el bien de Colombia.Prueba de que Santos tenía razón y de que Gaviria andaba en las nubes, fue que en el Congreso Pleno, citado para la elección de contralor, Maya obtuvo 175 votos y Rondón 38, todos estos de la corriente uribista. Uribe se abstuvo y hubo 14 en blanco del Polo y otros despistados como el senador Jorge Enrique Robledo, quien a veces aparece haciéndole el juego al peor enemigo de la izquierda.Se dejó contar Uribe y salió del recinto con cajas destempladas a vociferar contra la subcomisión de la Fuerza Pública que fue a Cuba a asesorar a la delegación del Gobierno en el tema del desarme, cese al fuego y desmovilización, cuando se firme el pacto de paz con las Farc.Es imposible llegar a un acuerdo sobre ese particular sin intervención de las cuatro Armas institucionales, y eso lo sabe suficientemente Álvaro Uribe, pero se sirve del tema para atacar a Santos.Vienen más pulsos en el Congreso, con iguales resultados pues 175 son más que 38. Eso es lo que enseña el sistema democrático.

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