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Candidato a la medida

El Procurador General de la Nación es una persona a quien su...

2 de junio de 2016 Por: Jorge Restrepo Potes

El Procurador General de la Nación es una persona a quien su posición de extrema derecha la hace insoportable, porque el país -salvo la hueste uribista- está cansado de escuchar a este náufrago de la Inquisición, gritando noche y día contra el proceso de paz que con tanta dificultad cursa en La Habana.Esta nación desde que se constituyó en república ha transitado tortuosos senderos de violencia a la que la llevaron odios políticos que desembocaron en cruentas guerras civiles. Rafael Pardo Rueda, hoy director para el postconflicto, escribió un excelente libro narrando todas y cada una de las conflagraciones que hubo desde la Independencia hasta comienzos del Siglo XX.Por eso no es sano sino perverso que el máximo jefe del Ministerio Público haya convertido el cargo para el que fue elegido, en mala hora por el Senado, en un escenario político para su abierta aspiración presidencial, para la que cuenta, seguramente, con una fracción del Partido Conservador y, posiblemente, del Centro Democrático, pues el senador Uribe no tiene entre los suyos un candidato que mejor interprete su dura oposición al acuerdo de paz que será anulado, si se llega a la firma, por quien alcance el poder en 2018 de la mano de Uribe Vélez.En el partido político que inventó Uribe cuando el de La U se le salió de las manos, no hay uno solo de sus miembros que convoque la voluntad popular para llevar a la Casa de Nariño el programa de intolerancia que propugna el furioso líder. Porque, juzgo, que una persona sensata como Carlos Holmes Trujillo García, por quien siento verdadero afecto, no se presta para enarbolar en una campaña el estandarte de guerra que se teje en el círculo próximo del expresidente.Además, el candidato de Uribe no será Germán Vargas Lleras, por dos razones elementales: la primera, porque si Santos declaró su independencia desde el día de su posesión, con Vargas le iría peor pues quienes le conocen pueden dar fe de su talante, que no resiste órdenes de nadie; la segunda, porque Vargas Lleras respeta la larga tradición familiar de ideas liberales y de acatamiento a las normas de convivencia. Estas reglas de su conducta no ‘cuadran’ si resultare elegido con el apoyo de Uribe y de la acre derecha que le acompaña. Así que a un amigo uribista que asegura que Vargas será el hombre de Uribe, le contesté que no se haga ilusiones pues nada hay peor que la frustración cuando se han tenido esperanzas.No hay que buscarlo mucho. El candidato a la medida, el grandioso, el invencible, el doctrinario, el vicevicario de Cristo en la Tierra, es Alejandro Ordóñez Maldonado, único capaz de concitar, a través del discurso infame del odio a Santos, el entusiasmo que logre el retorno de Uribe a la Casa de Nariño, por interpuesta persona.Y hablando del Procurador, es bueno que la gente sepa que el Artículo 22 de la Constitución Nacional determina: “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”. Así que con ley de plebiscito o sin ella, todos los colombianos tenemos la obligación de coadyuvar a la consecución del bien supremo de la paz, porque nos la hemos ganado luego de tantas lágrimas y de tanta sangre vertidas durante largos años.Y si el Procurador inicia procesos disciplinarios a los funcionarios que promuevan el proceso de La Habana, pues que los destituya a todos, empezando por él mismo, que es el más politizado adversario del asunto.

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