Al estilo de Poe

Edgar Allan Poe fue un escritor norteamericano del Siglo XIX (Boston 1809 - Baltimore 1849), que se especializó en llevar a sus lectores a un alto grado de suspenso - a veces de terror - con sus narraciones en las que los más oscuros criminales se ensañaban en sus víctimas. ‘Los crímenes de la Rue Morgue’, ‘La máscara de la muerte roja’, ‘La caída de la casa de Usher’, ‘El gato negro’, son joyas de ese tipo de literatura que envuelven en su trama al lector y no lo sueltan hasta la última letra. Poeta de alto vuelo, ‘El cuervo’ ocupa puesto de primer orden en la poesía anglosajona.Con el nombre del famoso poema ‘El cuervo’, están presentando en Cali una magnífica película protagonizada por John Cusack, cuyo argumento consiste en que aparece en Baltimore un criminal que resuelve cometer los mismos crueles asesinatos que describe Poe en sus narraciones, y la Policía de esa ciudad de Maryland tiene que recurrir al mismísimo autor para encontrar al delincuente. Desde luego, es una película que atrapa al espectador y que le permite saber que existió ese personaje literario al que la gente de hoy desconoce. Algo increíble.Estoy por creer que el cuento que le armaron a Sigifredo López cuando le imputaron la muerte de sus once compañeros de secuestro, y la planeación del plagio de los diputados, es tan aterrador como uno cualquiera de los temas del escritor norteamericano.Desde el principio entendí que eso de lo que se acusaba a Sigifredo no tenía sentido, ni en la ficción ni en la realidad, pues es absurdo pensar que alguien en sus cabales pueda prestarse a un crimen tan horrible para pasar, una vez cometido, tantos años de su vida en condiciones humillantes y sufriendo la lejanía de sus hijos, madre y esposa, que vivieron únicamente con la esperanza de su retorno.Y cuando ese regreso se produce en medio del regocijo general de los colombianos, un fiscal, basado en una mezquina grabación que fue desvirtuada por el FBI, queriendo pasar a la historia como el Perry Mason criollo, resuelve meter a la cárcel a López bajo los cargos de homicidio agravado, perfidia, y otros delitos surtidos contemplados en el Código Penal. A los años en la selva suma ahora el exdiputado los ochenta y nueve días que estuvo detenido, hasta que el Fiscal General de la Nación tomó cartas en el asunto, cambió al fiscal y Sigifredo recobró la libertad.Que no es plena, pues según el fiscal Montealegre, el proceso continúa. ¿Hasta cuándo estará Sigifredo padeciendo esa incertidumbre? Me parece que después de la descomunal ‘embarrada’ de la Fiscalía, ese asunto debe terminar para que un hombre que tanto ha sufrido la maldad humana pueda volver a sentirse libre.Ignoro si López Tobón vaya a demandar al Estado por los perjuicios que le ocasionó la infame persecución, pero si hay algo razonable es que la Nación indemnice a quien fue víctima de una Justicia a la que mucho le falta para honrar a la diosa que aparece con los ojos vendados y una balanza en la mano.Que Dios te asista, estimado amigo, y que de la misma manera que escribiste un magnífico libro sobre el cautiverio en la selva, debes escribir otro narrando, punto por punto, las injusticias e irregularidades que se cometieron en el proceso, cuando te cambiaron la manigua por una celda.Sea esta la oportunidad para que un funcionario de las condiciones óptimas de Eduardo Montelegre enderece el camino de la Fiscalía.