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Greta y su súperpoder

Si Greta te incomoda, como incomodó a Trump, es porque te exige actuar, te pide congruencia y no te va a sonreír por compromiso.

22 de diciembre de 2019 Por: Vicky Perea García

“Greta es el niño del cuento del emperador.
Y todos estamos desnudos”.

—Nuestra casa está ardiendo

Greta Thunberg no les cree. Nada.

Los políticos se reúnen, firman acuerdos, dan discursos. Pero el planeta sigue calentándose y, si nos basamos en los pronósticos desalentadores, estamos por cruzar un punto sin retorno. Eso significaría el fin de miles de especies, la muerte de millones de personas y un cambio radical en la manera en que vivimos. Si sobrevivimos...

Los datos son inequívocos. La última década (2010-2019) será la más caliente de la historia, según el reporte de la Organización Meteorológica Mundial. Este año está encaminado a ser el segundo o tercero con las temperaturas más altas. Las concentraciones de dióxido de carbono siguen aumentando, los niveles de los océanos suben y las capas polares se derriten, lo que hace imparable el cambio climático.

No hay otros datos. Lo que falta es un sentido de urgencia. Y eso es precisamente lo que está aportando Greta, una adolescente sueca que se dio a conocer con sus protestas contra la inacción de los políticos.
Todos los viernes, frente al parlamento de su país en Estocolmo, decía que era hora de actuar. Lo que comenzó como una decisión personal se ha tornado en un movimiento mundial.

El reciente discurso de Greta en Madrid, en una conferencia de la cumbre climática de las Naciones Unidas, la COP25, fue brutal. Acusó a los principales líderes del mundo de no hacer nada para enfrentar el cambio climático. Y se los dijo así: “Nuestros líderes no se están comportando como si estuviéramos en una emergencia. En una emergencia tú cambias tu comportamiento. Si hay un niño parado en la mitad de una calle y ves los carros pasar a alta velocidad, no volteas a otro lado solo porque te hace sentir muy incómodo. Inmediatamente corres y rescatas al niño […]. Sin presión de las personas, nuestros líderes se pueden escapar sin hacer básicamente nada”.

Bueno, el niño está en la calle y no estamos haciendo nada para salvarlo. Esto es lo que Greta nos ha obligado a ver. Esta joven, que cruzó el Atlántico dos veces en embarcaciones pequeñas para dejar la menor huella de carbono posible y que escoge muy bien sus pocas palabras, ha levantado su voz para decirnos que el tiempo se está acabando. Al final de cuentas es su generación la que va a sufrir las mayores consecuencias de la falta de acción y compromiso de quienes hoy somos padres. Es cierto; les estamos dejando un mundo caliente y furioso, donde los extremos son lo normal: huracanes más recurrentes y poderosos, más sequías y fuegos, más inundaciones y tragedias naturales. Nuestra herencia es la madre naturaleza en esteroides.

Ese legado de nuestras generaciones a las más jóvenes queda en evidencia con dos de las figuras mundiales más influyentes: Greta y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El contraste entre ambos no podía ser mayor. Ella tiene 16 años, él 73. Ella cree que el cambio climático es causado por la actividad de los seres humanos, él no. Y tras haber sido elegida como la ‘persona del año’ por la revista Time, en lugar de recibir un halago por parte del presidente estadounidense, fue acosada verbalmente. Trump dijo, sin ocultar l envidia, que su reconocimiento era algo “ridículo”. Luego le sugirió que debería “trabajar en su problema de manejo de la ira” y, de paso, le recomendó relajarse y “ver una buena película con un amigo”. Greta, con sentido del humor y sabiduría, cambió su biografía en Twitter y copió casi textualmente las palabras de Trump, para que nadie las olvide. El burlador burlado. (Lección número 1: nunca te pelees con un adolescente en las redes sociales, vas a perder. Siempre).

Si Greta te incomoda, como incomodó a Trump, es porque te exige actuar, te pide congruencia y no te va a sonreír por compromiso. Para ella todas nuestras decisiones cotidianas tienen que ver con algo más importante: todo es una lucha para salvar nuestra casa. Esto es lo que escribió recientemente en su cuenta de Twitter: “Cada elección es una elección sobre el clima. Vota por tus hijos. Vota por el planeta. Vota por las futuras generaciones. Vota por la humanidad”.

Además de su llamado de emergencia Greta ha surgido como un poderoso símbolo de esperanza. Ella cree que sí podemos cambiar las cosas. Y ha transformado su síndrome de Asperger en un motivo de fortaleza. Ella tiene una frase maravillosa: “Ser diferente es un súper poder”.

Ese es el mensaje. Si seguimos haciendo lo mismo, nos dirigimos al precipicio. Solo si actuamos distinto, y pronto, el planeta tiene un futuro viable. Greta lo tiene clarísimo.

Sigue en Twitter @jorgeramosnews