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Despeinar a Peña Nieto

Los periodistas y los jóvenes de México tenemos la obligación de despeinar...

27 de mayo de 2012 Por: Jorge Ramos

Los periodistas y los jóvenes de México tenemos la obligación de despeinar a Enrique Peña Nieto, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Hay que ponerlo contra la pared, cuestionarle todo, preguntar de más, revisar sus cuentas, sospechar de sus relaciones políticas, asegurarse que no tenga compromisos previos con empresas o particulares y sacarle la verdad. Toca, como dicen los colombianos.Si Peña Nieto tiene más posibilidades que cualquier otro mexicano de ser presidente, según la mayoría de las encuestas, entonces hay que saberlo todo de él antes que llegue a Los Pinos. Todo antes. Después del primero de julio ya no sirve.Muchos mexicanos no creen en las encuestas. Se acuerdan de los fraudes y las trampas del PRI durante 71 años y consideran que están compradas, maquilladas o todo lo anterior. Cierto o no, la candidata del Partido Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota, y el candidato del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador, están tratando a Peña Nieto como el candidato a vencer –basta recordar los ataques durante el primer debate. Por lo tanto, como periodistas, como votantes y como mexicanos, nos toca hacerle las preguntas incómodas. Para eso son las campañas.A pesar de ser un candidato joven -tiene 45 años- el copete, los corbatones, el lenguaje corporal y sus discursos burocráticos nos hablan de un político atorado en el pasado, tradicional, hecho a la vieja usanza priísta. Nos ha costado tanto la democracia en México, que no podemos darnos el lujo de elegir a un candidato que esté ligado con personajes antidemocráticos, como el expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien fue elegido por dedazo en 1988 y que dio, a su vez, dos dedazos: uno por Luis Donaldo Colosio y otro por Ernesto Zedillo.Decir PRI antes del 2000 era decir corrupción. Por eso me preocupa la actitud tan tibia que ha tomado Peña Nieto ante las graves acusaciones de corrupción contra su aliado político, el exgobernador del Estado de México, Arturo Montiel (nunca fue formalmente acusado). Si de verdad Peña Nieto quiere ser un candidato moderno, tiene que romper con los dinosaurios en su clóset. Hasta hoy, no lo ha hecho.Flojas, también, me parecieron sus declaraciones sobre la matanza de Atenco en el 2006. Cuando él era gobernador, dos hombres fueron asesinados y se informó de 26 mujeres que fueron víctimas de abusos sexuales durante un enfrentamiento de dos días con cientos de agentes policíacos. “Cuando se habla de violaciones, ultrajes, yo te diría que son presunciones y son señalamientos que algunas mujeres hicieron pero que en ninguno de los casos quedó debidamente probado”, me dijo en una entrevista en el 2009. Peña Nieto, ahí, tomó partido con los victimarios y no con las víctimas. (Aquí está la liga: bit.ly/tLbMTx)“México es un país seguro”, me dijo en esa entrevista, “más que otros países de América Latina”. Esto no transmite el sentido de urgencia que tienen muchos mexicanos para que no haya otros 50 mil muertos el siguiente sexenio. La prioridad número uno para el próximo presidente es detener la violencia. No más masacres con 49 torsos, sin cabezas y extremidades, como aparecieron impunemente hace poco en Nuevo León.El escritor Carlos Fuentes, crítico estridente del PRI, fustigó a Peña Nieto unos cuantos meses antes de su muerte. En una entrevista con la BBC, Fuentes comentó acerca de la torpe respuesta de Peña Nieto cuando se le preguntó cuáles eran los tres libros que más influencia habían tenido sobre él. En su respuesta, el candidato atribuyó equivocadamente uno de los libros de Fuentes a otro autor. “Este señor tiene derecho a no leerme,” dijo Fuentes a la BBC. “Lo que no tiene derecho es a ser presidente de México a partir de la ignorancia, eso es lo grave”.Además, el 19 de mayo, miles de manifestantes protestaron en la Ciudad de México contra Peña Nieto y la posibilidad de que el autocrático PRI pueda regresar al poder tan sólo 12 años después de que terminaron sus siete décadas de gobierno.Pero, hasta el momento, Peña Nieto ha sido el candidato teflón, porque ninguna acusación o crítica se le pega.Nuestro principal trabajo como periodistas no es ser amigos de los que están en el poder sino evitar que los políticos y candidatos abusen de él. Hoy nos toca cuestionar a Peña Nieto a fondo y despeinarlo. Lo mismo haríamos con López Obrador y Vázquez Mota si estuvieran de punteros.Después del primero de julio será demasiado tarde.