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Vamos a la catástrofe si nada cambia

Los organismos mundiales, pensadores, líderes políticos y la ciencia, junto con empresarios y gobernantes están preocupados por encontrar una respuesta adecuada para el mundo después del Covid-19.

28 de febrero de 2021 Por: Vicky Perea García

Los organismos mundiales y todos los pensadores, líderes políticos y la ciencia junto con empresarios y gobernantes de los pueblos están preocupados por encontrar una respuesta adecuada para el mundo después del Covid-19.

La forma de hablar de los llamados personajes mundiales del ámbito de lo económico y político tienen un argumento común: la economía reanudará su buena marcha. Volverá el crecimiento, saldremos adelante. Por supuesto, habrá que hacer sacrificios y reformas, pero, a vuelo de la imaginación, las cosas volverán a su cauce.

Esta ilusión entraña un gran peligro. Nadie es capaz de prever en este momento el gran trastorno futuro y anticipar las mutaciones. Si nada cambia, sabemos que vamos hacia la catástrofe.

Dice el papa Francisco en el número 168 de ‘Fratelli Tutti’: “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente”.

Susane George, coautora del libro ‘Hacia dónde va el mundo’, dice: “Poseemos actualmente todas las técnicas, los conocimientos, las personas, todo lo que requerimos para operar los cambios necesarios [...]. Pero esta opción la tenemos ahora, no más tarde”, y más adelante la autora advierte “que resulta urgente subordinar totalmente lo económico a lo político, lo social y lo ecológico”.

A esta advertencia de la presidenta de honor Attac, Susane George, responde el papa Francisco en ‘Todos somos hermanos’, diciendo en el número 155: “El desprecio de los débiles puede esconderse en formas populistas, que los utilizan demagógicamente para sus fines, o en formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos. En ambos casos se advierte la dificultad para pensar un mundo abierto que tenga lugar para todos, que incorpore a los más débiles y que respete las diversas culturas”.

En anterior columna decía que el papa Francisco invitó a los jóvenes en su encuentro en Brasil a que salieran a las calles a hacer lío, que llegaran todos a sus diócesis a hacer lío.

Sí, a esto que dicen los pensadores y el mismo papa en ‘Todos somos hermanos’ y hacia dónde va el mundo, es el lío que Dios quiere que armemos como respuesta a un mundo lleno de desigualdades, para repensar un nuevo modelo económico mundial, donde el propósito de los gobiernos de disminuir el hambre, abra las fuentes de trabajo, para evitar las migraciones en búsqueda de la dignidad de la existencia humana.

Para ello debemos desterrar todo egoísmo en nuestras actitudes, que se abra la esperanza, en una verdadera hermandad que alimente el espíritu humano en el Banquete Eucarístico, al que estamos invitados todos y que el joven Acutis, nos presenta como la autopista que nos lleva al cielo.