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Tres palabras

Cuando pienso que lo que se está haciendo en La Habana...

4 de noviembre de 2013 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Cuando pienso que lo que se está haciendo en La Habana es negociar la paz, caigo en cuenta que se empezó inadecuadamente; porque la paz no se negocia, es un derecho del ser humano y lo que se debe hacer es Dialogar para tener un encuentro entre personas, seres humanos que aprecian la vida y la dignidad del hombre y por eso encuentran necesario dejar de hacerse daño para buscar, o recuperar los derechos que se les han ignorado y mirándose a los ojos, y colocando sobre la mesa sus corazones, reconocer los errores, decir la verdad, y hacer propósitos para reconstruir el tiempo y el camino perdido.Imagen, poder, dinero; entender el contenido real de estas palabras, sería la mejor forma para iniciar el desmantelamiento del terrorismo, la violencia, la corrupción, las injusticias que no han permitido a nuestra Patria poder vivir en paz.Ya los sabemos por las ‘leyes’ del marketing que una imagen vale más que mil palabras, por esto los medios de comunicación son elemento primordial que alimenta el ego de los alzados en armas y su actualización o visualización dentro de las realidades actuales; quien no aparece en ellos no existe, copiando el lema de cierto programa televisivo, debido a ello es que se dan los golpes de opinión para lograr captar la atención, cuando ven que se olvidan de ellos; es así como notamos que mientras el gobierno no los usa y respeta, ellos todos los días dan declaraciones de prensa en La Habana, e inquietan a la opinión. El dinero es necesario para mantener vivos los ideales de esa lucha por la justicia que ellos creen recuperar, pero somos los colombianos quienes la pagamos, cuando nos secuestran, o nos vacunan, o cuando destruyen el medio ambiente talando bosques y sembrando coca o cuidando los laboratorios y sembradíos propios o de los dueños de la industria maldita.Porque no solo destruye la existencia de quienes la consumen, sino la de las familias de esos consumidores y el producto del vicio lleva a fortalecer la industria de la guerra, que produce las armas para mantener la seguridad de unos y de otros y la destrucción y la masacre de pueblos y gentes, que generalmente son los inocentes involucrados en esta guerra.El poder lo adquieren por los dos elementos anteriores, la publicidad de su actuar, la imagen que proyectan, el boom de los medios sobre acontecimientos y personas, como por el terrorismo y la violencia que producen con las masacres, los juzgamientos extra judiciales y la declaración de objetivos militares, los desplazamientos forzosos, los secuestros y ajusticiamientos, que llevan a arrodillar la libertad, humillar la dignidad, encarcelar la verdad y disponer la voluntad para aceptar sus condiciones.Cambiar los paradigmas de la sociedad actual: retornar a los valores fundamentales de una existencia digna, con talante: buscar la importancia de la verdad para encontrar la esencia y la felicidad del ser: desterrar del corazón del político, del gobernante, del colombiano la corrupción y recuperar la fidelidad a la palabra empeñada, la grandeza del trabajo honesto y limpio: recuperar el sentido de la responsabilidad y la importancia de la solidaridad y el sacrificio: ser más humanos, más espirituales, más transcendentes.