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Somos seres espirituales

Nos ha sorprendido una tormenta inesperada y furiosa que nos hace sentir tan vulnerables que ha dejado al descubierto nuestras falsas y superfluas seguridades

19 de mayo de 2020 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Nos ha sorprendido una tormenta inesperada y furiosa que nos hace sentir tan vulnerables que ha dejado al descubierto nuestras falsas y superfluas seguridades; se nos cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos y que nos mantenían imperturbables pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo; por eso ni las guerras, ni las injusticias del mundo, nos han dejado escuchar el grito de los que sufren, de los pobres de nuestro planeta, que está gravemente enfermo.

A las ideas anteriores, entresacadas de la homilía del papa Francisco del 27 de marzo en su bendición Urbi et Orbi, retomo dos hechos que pueden ser emblemáticos para pensar en cómo esta tormenta nos está envolviendo, a saber: el caso del médico Miguel Barragán Nocua; un día salía despedido por sus vecinos en medio de mensajes de esperanza por volverlo a ver en el vecindario y a los diez días, muere del Covid-19, en el Hospital San Ignacio; y el de la vigilante Edy Fonseca en edificio del barrio Rosales en Bogotá, mantenida por los administradores obligada a estar allí, porque así lo había ordenado el Gobierno Nacional y que la dejaron con graves problemas de salud. Los dos casos nos llevan a la reflexión sobre el temor a la muerte y el deseo de la vida y el egoísmo y la falta de humanidad para quienes consideramos con menos derechos que nosotros, siguen las desigualdades sociales.

Lo primero que viene a mi mente es aquella frase del padre Teilhard de Chardin: “Somos seres espirituales que estamos pasando por una experiencia terrenal, pero no lo contrario” y me pregunto: ¿En qué momento hemos perdido la sensibilidad social?, o, ¿nunca me han enseñado esos valores de igualdad con mi semejante? Y pienso que en un mundo como el actual donde la ciencia ha irrigado de mucha tecnología al hombre que ha llegado a deshumanizarse, me hace tener miedo de la frase que se la han endosado a ‘Eisntein’: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”, pero no estamos lejos de lograrlo y saltaron de nuevo los temores cuando tuve la oportunidad de ver el film ‘Transcendence: identidad virtual’ de 2014: el doctor Will Caster (Johnny Depp) es el principal investigador en el campo de la inteligencia artificial para buscar y crear una máquina que combine la inteligencia colectiva de todo lo conocido con todas las emociones humanas, de tal manera que se le cuestiona por los opositores de la técnica, que si no es tratar de crear a Dios, a lo que responde: “Eso ¿no es lo que han tratado de hacer siempre los hombres? Lo único que se está viendo es que el mundo si sigue así es claro y con terror que no podríamos detenerlo”, lo afirma el film.

En esta batalla nueva entre virus y humanos, dice la viróloga molecular argentina ‘Andrea Gamarnick’: “Ellos nos han acompañado durante miles de años. No los podemos ver a simple vista, pero han estado ahí, a nuestro lado. Y en medio de los estragos que uno de ellos está causando, nos están haciendo sentir indefensos, impotentes y reflexiona con tristeza sobre quien se está imponiendo “no porque no tengamos el conocimiento y la capacidad para enfrentarlos, sino porque no los estamos utilizando correctamente”.

Los virus han marcado la evolución de la vida en el planeta. Han marcado la evolución de los seres, de las plantas, de los animales”. Es que los recursos no están en los lugares correctos. De la misma manera el mundo tiene un virus mucho más mortífero que está adentro de cada uno de nosotros que si lo extermináramos, lograríamos exterminar el externo.