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Silencio y oración

El papa Francisco propuso actuar del mismo modo que actuaba Jesús, por eso tomó del Evangelio del día la actitud de Él frente a aquellos que le perseguían:

12 de septiembre de 2018 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Como le decía Sancho Panza a don Quijote, “nos topamos con la Iglesia”.
Después de las diversas informaciones en las cuales el centro de la noticia es la persona del papa Francisco, más que la misma Iglesia, tomo las palabras que pronunció en la misa del 3 de septiembre en la capilla de la residencia Santa Marta en su homilía, como aclarando a los periodistas lo que dijo sobre la carta del arzobispo Viganò, exnuncio en Washington, y que parece dar respuesta al silencio ante ella.

El papa Francisco propuso actuar del mismo modo que actuaba Jesús, por eso tomó del Evangelio del día la actitud de Él frente a aquellos que le perseguían: “Con las personas que no tienen buena voluntad, con las personas que tan solo buscan el escándalo, que tan solo buscan la división, que solo buscan la destrucción, incluso en las familias: silencio y oración”.

Uno de los más serios periodistas sobre asuntos de la Iglesia, Andrea Tornielli, dijo que no estamos propiamente frente a un obispo que tiene problemas de conciencia, sino a una operación político-mediática preparada y pensada en contra del Papa y del encuentro de las familias -que tenía lugar en ese momento-, cuando se supo que un periodista italiano, Marco Tosatti, dijo que escribió el documento.

Entre las manifestaciones de solidaridad y acompañamiento al Papa por parte de obispos y conferencias episcopales, se escuchan también las voces de otros jerarcas de la Iglesia, como la de algunos obispos de Estados Unidos, entre ellos el cardenal DiNardo. Ellos alientan a una investigación profunda sobre el caso McCarrick y las denuncias de Viganò.

El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Usccb, dijo: “Hombres inocentes podrían ser manchados por falsas acusaciones y los culpables podrían ser dejados en libertad para repetir los pecados del pasado”.

Siempre en la Iglesia ha existido esta clase de ataques o persecuciones a las personas, incluso por los mismos miembros de ella, y por interpretaciones a normas y comportamientos que tienen que ver más con lo mundano, digamos con lo que es el poder temporal, que con la doctrina esencial y la misma persona de Jesús.

Se puede notar un enfrentamiento entre lo espiritual y lo terrenal, que están representados en el papa Francisco en sí, y la Secretaría de Estado y su mecanismo de la Curia Vaticana. Es precisamente allí, en ese punto, en donde se encuentra la persona del Papa tratando de hacer importante a Jesús y a su mensaje, y quitándole fuerza a la estructura que durante 21 siglos ha construido el poder temporal de la Iglesia.

Como en el caso de Pedro, narrado en Gálatas 2,12, con Pablo o el Hecho de los judaizantes que motivó el primer concilio de la Iglesia y que para evitar arrastrar a otros al mal obrar, como Bernabé, tan comprometido con la Iglesia, es bueno llegar a esclarecer la verdad de las cosas para evitar el ataque personal y dejar claro lo que se debe hacer y cómo se debe obrar.