El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

¿Se negocia o se construye?

Retórica o terquedad; convencidos de que son luchadores en defensa de un...

27 de octubre de 2012 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Retórica o terquedad; convencidos de que son luchadores en defensa de un pueblo que ha recibido todos los daños y que se ha convertido en una víctima permanente de los enfrentamientos por la conquista de un Estado al cual acusan de haberlos obligado a tomar las armas para restablecerles la dignidad y los derechos sojuzgados, entre ellos el original, ‘la tierra’ y por el cual comenzaron este camino de sangre, violencia, terrorismo y finalmente narcotráfico, haciendo más lejana la reivindicación de los campesinos por sus parcelas, usándolos como escudo de su ideología mientras los desplazaban de sus tierras y los exterminan por defender su independencia; sembrando de dolor y desesperación por más de 50 años el caminar de esta gente sencilla, de ese pueblo que afirman defender: Según ellos, no son los victimarios, como ese pueblo son las víctimas del Estado, que es el criminal. El mismo discurso de siempre y proclamado para todo el mundo, para justificar su acción que nosotros los colombianos sabemos que es terrorista, y se presentan ante el mundo como los nuevos ‘Robinson’ o justicieros de los pobres, posiblemente ese es el impacto de la presencia en la mesa de negociación de la holandesa Tanja.Definitivamente no hay que dejarse engañar por el lenguaje de la guerrilla, totalmente diferente al de la sociedad civil y el Estado, y si profundizamos, al de seres humanos de una cultura occidental que nació bajo el pensamiento cristiano, que tiene en su estructura mental, casi como un código en la memoria, el amor al enemigo, que le prepara para el perdón y la misericordia, mientras en ellos está la lucha de clases y la consecución del poder teniendo como justo y verdadero lo que se haga para lograrlo.El verdadero proceso de paz no se negocia, puesto que se entraría en ello a vender la humanidad y la dignidad de la existencia por adquirir una paz de intereses de momento, mucho más distinto es entender que para desarrollar la justicia y la convivencia pacífica entre los hombres se debe construir la paz, que necesariamente es un proceso de aceptación del otro, en la verdad, con la justicia y por la dignidad del ser humano, en el amor, y esto sólo lo logramos con un verdadero sentido de conversión y cambio interior, no desde las apariencias y conveniencias, que no tocan el compromiso, la responsabilidad y en definitiva la conciencia.