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Pastores y políticos

“Hay políticos y sacerdotes que son insultados, alguno se lo merece, pero es como un hábito”, lamentó el Papa y criticó que exista “un rosario de insultos, de malas palabras, de descalificaciones”.

19 de septiembre de 2019 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

En la habitual misa en la casa Santa Marta, lugar de residencia del papa Francisco, el 16 de septiembre en su homilía, tomando la carta de San Pablo a Timoteo cuando pide el apóstol rezar por los gobernantes para que podamos vivir en paz, dijo: “Hay políticos y sacerdotes que son insultados, alguno se lo merece, pero es como un hábito”, lamentó el Papa y criticó que exista “un rosario de insultos, de malas palabras, de descalificaciones”. “Quien tiene el gobierno tiene la responsabilidad de conducir el país, ¿y nosotros lo dejamos solo, sin pedir que Dios lo bendiga?”.

Me trajo a mente al instante tantas cosas, al tiempo de las que ha dicho en sus pocos años de gobierno de la iglesia el papa Francisco; como aquella frase cuando decía que la política es sucia, siendo que vivida como debe ser es la expresión más perfecta de la caridad, porque es la lucha por el Bien Común; y se quejaba de que los católicos, los cristianos, no asumieran su papel como laicos, en el ejercicio de ella con el sentido evangélico que debe llevar, para dignificar al hombre y hacerlo verdaderamente libre. También tuve presente las repetidas veces que dirigiéndose a los obispos, los pastores de la Iglesia, les pide que no sean ni diplomáticos, ni políticos, ni administradores, que sean pastores y con olor a oveja.

Y en cuanto al olor a oveja, para el pastor, y untarse de pueblo, para el político, afloraron a mi mente una muy imaginativa secuencia de caricaturas del famoso Quino que se llama ‘Tentación’, aquí vemos una síntesis total del fenómeno actual de las redes sociales y el poder que tienen los medios de comunicación y lo que dicen en ellos sean verdades o falsas noticias, que por la rapidez con que llegan no tiene el hombre la facultad de certificarlas, sino que las va incorporando a su manera de pensar.

Esa secuencia de caricaturas se iniciaba con un pastor que al sonar su flauta reunía a las ovejas y las encantaba, manteniéndolas unidas frente a él con la armonía del instrumento, pero el Diablo coloca el elemento distractor, un medio de comunicación, y las ovejas le dejan solo al pastor y son captadas por el nuevo medio de relación, de tal manera, que al verse solo el pastor acude al mismo sitio de las ovejas y se ve tan absorto por la mundanidad, que se va convirtiendo él también en oveja.

Tanto unos como otros se dejan arrastrar por ejercicio indebido del poder, la ambición, el egoísmo y solo apuntan a proteger sus propios intereses, o de ciertos individuos, como lo afirmó a los obispos que se reunieron en agosto-septiembre de este año en Roma, diciéndoles que no se rodearan de “lacayos, ni trepadores, en lo civil lagartos y corruptos, el futuro está en peligro y así los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza, porque se ven condenados a quedar al margen de la sociedad, sin la posibilidad de participar en un proyecto para el futuro”. Sobre todo, afirma que “cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a proteger los intereses de ciertos individuos privilegiados, el futuro está en peligro y los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza, porque se ven condenados a quedar al margen de la sociedad, sin la posibilidad de participar en un proyecto para el futuro”.