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Los jóvenes

Es el momento de tener actitud joven, de saber escuchar los gritos de una sociedad enferma y de un planeta enfermo

30 de julio de 2021 Por: Vicky Perea García

Quiero iniciar mi opinión sobre los jóvenes con esta estrofa del poema ‘Canción de otoño en primavera’, del poeta nicaragüense Rubén Darío: “Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro… y a veces lloro sin querer”. También pienso que precisamente en el inconsciente colectivo de lo laboral, si no hay experiencia es difícil adquirir un trabajo, esto quiere decir que los jóvenes no tienen facilidad de encontrar un trabajo pronto y ello precisamente los llevó, como una de las tantas causas, a la protesta; pero recogiendo el pensamiento sobre los jóvenes y la juventud, encuentro que para los estudiosos es difícil definirlo por el mero proceso del paso transitorio de una edad a otra y es así que nos quedan las dificultades en relación a su conducta: joven, igual rebeldía; adulto igual sumisión; o en relación al espacio: joven = abierto, adulto = fijado; o su destino final: joven = libre, adulto= señalado.

Si damos un recorrido por el mundo, vamos a encontrar que realmente son muy pero muy pocos los gobernantes jóvenes que quepan en una de las tres categorías anteriores, que globalizando todos los conceptos sobre los pensadores sobre qué o quién es joven, se encuentra entre los 15 a 24 años, y si nos vamos a las familias que todavía existen, constataremos que ha crecido el número de los hijos que a pesar de que ya han pasado la edad de la juventud, siguen viviendo con sus padres y solo unos pocos se han independizado en lo que se dice mayoría de edad.

Al escuchar el grito de protesta de las manifestaciones que desde el 28 de abril del 2021 se suscitaron, fuera de las ya sistematizadas por aquellos que se autodenominan comité del paro, en su mayoría, sindicatos y algunos grupos institucionales; el gran número de activistas salieron de los jóvenes y ellos también protestaron por no sentirse representados en ese comité organizativo del paro, pero a su vez entre ellos mismo no hay unidad, sino diversidad.

Desde hace unos años, tratando de atraer a los jóvenes se habla de ellos como el futuro de la sociedad, más aún algunos, y entre ellos el mismo papa Francisco dice que son el presente ya, que el mismo Dios los quiere para que sean el presente, por eso los invita el Papa a que no pierdan la alegría y la libertad de sus vidas y que armen lío, y lo ayuden a desenvolver. Para resolver lo difícil que es definir quién o qué es lo joven, el Papa dice que más que una edad es un estado del alma; porque hay muchos jóvenes que tienen actitud de cansados, y mayores que tienen actitud de transformación y cambio; por esto invita a los jóvenes para que ese dinamismo y alegría de la vida lo pongan junto a la experiencia del mayor ya que es la sabiduría de la vida a la cual ellos deben escuchar, para que la sociedad funcione definitivamente, que no sea de solo adultos que piensan por los jóvenes, o de jóvenes que descartan a los mayores.

Es el momento de tener actitud joven, de saber escuchar los gritos de una sociedad enferma y de un planeta enfermo y que hasta ahora ha sido manejado por la gente adulta y ha creído que el joven es muy contingente y hay que esperar a que madure. La cultura y la sociedad está entre estos dos polos: el dinamismo y creatividad de la juventud y la sabiduría y experiencia de los adultos; seamos capaces de formar una sola familia en unidad de acción, de objetivos.