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La importancia de llamarse ‘Seuxis’

Hoy por llamarse ‘Santrich’ toca las almas y las vidas de muchos que como en la parábola del ‘Buen Samaritano’ desearían también pasar de largo y no prestar la ayuda.

13 de mayo de 2018 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

La Iglesia católica iluminada por el Espíritu Santo desea vehemente iluminar a todos los hombres con su claridad, que resplandece sobre el haz de la Iglesia, anunciando el Evangelio a toda criatura, porque ella es en Cristo como un Sacramento o señal o instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano.

Así lo afirma uno de los documentos del Vaticano II de gran importancia para entender la presencia en el mundo de esta institución espiritual, y que nuestros obispos acogiendo la invitación del papa Francisco de hacer de la Iglesia como “un hospital de campaña”, en donde se reciba al hombre para darle los primeros auxilios a sus heridas que son causadas por nosotros mismos, han ofrecido su casa ‘Fundación caminos de libertad’ para asistir como buen samaritano a éste prójimo con el deseo de sanar su heridas y que pueda reintegrarse en paz a la sociedad.

Se levantarán muchas voces contra la acción misericordiosa de la Iglesia para con este prójimo que milita en un movimiento que estuvo en guerra contra la sociedad, la misma que hoy lo recibe por medio de esta madre Iglesia para la sanación de sus primeras heridas, dejadas por sus actuaciones ideológicas.

Hoy por llamarse ‘Santrich’ toca las almas y las vidas de muchos que como en la parábola del ‘Buen Samaritano’ desearían también pasar de largo y no prestar la ayuda. Ellos se preguntan por qué a tal asesino que se burló de sus víctimas y que cuando tiene que enfrentar una justicia en la cual todavía no se le ha probado su culpabilidad, se declara en huelga de hambre, cosa que para sus muchos secuestrados en su largo prontuario no tuvo sensibilidad para mitigarles su dolor a ellos y a sus familias, ahora la Iglesia, que también fue víctima de esa violencia, es la que lo acoge en su hogar.

Ello me trae a la mente la respuesta de Ananías a quien el Señor le pide que reciba a Saulo, el perseguidor y condenador de cristianos, para que le devuelva la vista, y asustado le dice al Señor, que cómo lo puede hacer sin tener peligro, pero el Señor le dice que es que a él lo tiene destinado para cosas grandes.

A los católicos, a los creyentes que con justa razón humana sienten, como lo dice en mensaje por las redes una diputada del Valle, que es una bofetada a su fe que a semejante persona la refugie en su seno la Iglesia; se les debe decir que escuchemos con intensidad el llamado del papa Francisco de salir a las periferias de lo humano -esas periferias son la pobreza de humanidad y aún espiritual, a la que llegamos por permanecer en el pecado, por no escuchar la voz de Dios- y salir al encuentro de esas ovejas perdidas, llevándolas a los primeros auxilios: la comprensión, el afecto, el mirarlos a la cara sin rencor, para decirles que Dios los ama.

Sea entonces esta acogida la manera de que algún día entiendan lo que hasta ahora no han querido comprender, que acepten pedir ese verdadero perdón que no han ofrecido, que ojalá salga del sentirse amados y acogidos aún por aquellos que fueron sus víctimas.