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Iglesia, Fe y Estructura

Tiembla la estructura de la Iglesia y muchos de sus enemigos...

10 de febrero de 2017 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Tiembla la estructura de la Iglesia y muchos de sus enemigos están pensando que es el momento para arremeter contra ella y producir así su caída definitiva. No son pocos los problemas que en el último decenio de su historia ha tenido que afrontar y por eso Benedicto XVI a bordo del Airbus 320 de la compañía Alitalia que lo llevaba hacia Portugal, respondió a una pregunta que muchas personas hubieran querido hacerle en lugar de los periodistas: “Es posible en los mensajes de Fátima, además de la referencia al atentado que sufrió Juan Pablo II, una referencia a los sufrimientos que vive la Iglesia hoy, conmocionada por el caso de los abusos sexuales”.Como en toda sociedad en la cual se encuentre el género humano, son los mismos miembros que la conforman quienes atentan con su manera de obrar, sus egoísmos y el deseo del poder, a eso llamamos pecado en código de fe; quienes desde adentro se convierten en los más peligrosos enemigos; eso mismo lo podemos ver en nuestra contienda política por el poder, cómo los mismos ciudadanos hablan mal de los otros, los del mismo partido porque no tuvieron parte en el triunfo, provocan divisiones y fracasos en sus mismas instituciones, no forman parte de la gran estructura de poder y por eso combaten contra ella, aunque con ello arrastren el daño de su propia casa.Afirmó Benedicto XVI, que lo que hoy puede descubrirse como nuevo en el mensaje de Fátima que es: “La pasión que vive la Iglesia y que se refleja en la persona del Papa”. Aunque hoy se nota un ataque directo desde los medios de comunicación a la Iglesia y al Papa, dijo: “Sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden precisamente del interior de la Iglesia, del pecado que se da en ella”.Por esto no es raro que en su misa ante la explanada en el “Terreiro do Paco”, conocida como Plaza del Comercio, frente a más de doscientas mil personas haya exclamado alertando contra esa lucha del poder, y el dejarse tentar por el pecado: “El peligro de confiar demasiado en estructuras y programas eclesiales, en los que cuenta el poder, pero en los que la fe deja de ser protagonista”.Está hablando precisamente el santo padre de aquello que en política hemos sentido tan triste y dolorosamente nosotros los colombianos, como repudiable: “Los ‘falsos positivos’”, en la Iglesia esto se traduce en el afán y la preocupación por la imagen, por aparentar qué se hace, que se tiene cantidad de Bautizados, que se confirman multitudes de jóvenes, que se unen sacramentalmente en un Estadio centenares de parejas, que los templos se llenan como en el miércoles de ceniza de millares de feligreses; dando por descontado que la fe exista, lo que por desgracia es menos realista.La gran pregunta que se hacía el Papa, es de qué sirve la gran estructura con su lucha de poder, si aquellos que la componen pierden el sabor de transformar, si aquellos que luchan por el poder no están impregnando el mundo de la verdadera fe; no están dando el sabor a la sociedad y al hombre de los verdaderos principios que encuentren la verdad para que se ejerza la justicia y se pueda vivir en paz.Afirmaba el Papa, que la fe en la resurrección de Cristo, nos aseguraba que ningún poder adverso podrá nunca destruir la Iglesia, pero es necesarios que esta fe se convierta en vida en nosotros, como para el colombiano convertir los principios que nos dieran la libertad en una realidad de cada uno y de todos los colombianos.