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Construyendo democracia

“Fortaleciendo el diálogo, podremos superar la excesiva fragmentación que debilita a nuestra...

25 de febrero de 2015 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

“Fortaleciendo el diálogo, podremos superar la excesiva fragmentación que debilita a nuestra sociedad y nos dispondremos a encontrar consensos necesarios”. El diálogo nos debe ayudar a fortalecer la esperanza para que todos los colombianos recorramos el camino de la construcción del Bien Común, que es el espacio necesario y el ámbito propio para que se pueda desarrollar la dignidad de la persona humana y fundamento de la equidad para el crecimiento de la sociedad. El Bien Común es el conjunto de condiciones de la vida social.Porque el diálogo es el gran instrumento de construcción y consolidación de la democracia, es que debemos disponernos a un amplio y sincero diálogo de toda la sociedad, porque la persona sola no puede encontrar realización en sí misma si prescinde de su ser con y para los demás, diálogo que de estar unido a un verdadero espíritu de reconciliación para alcanzar el perdón necesario para sanar las heridas, solo si existe la verdad, para que se afirme la justicia y se pueda llegar a la fraternidad que será lo único que nos haga consolidar el sentido de Patria, Nación y nos afirme así la institucionalidad. Pareciera una utopía el poder construir una familia solidaria y fraterna, cuando todavía no entendemos en qué consiste un diálogo verdadero, puesto que este supone el reconocimiento del otro como otro, en la aceptación de la diversidad; mucho menos pretender en el diálogo que el otro se subordine a mis criterios y prioridades; o absorbiendo al otro, sino reconocerlo como valioso y celebrar esta diversidad que nos enriquece, cuando no aparece en el diálogo el interés por el otro, digamos el amor por el otro su aceptación, caemos en un mero narcisismo, o imperialismo de nuestras ideas, en necedad y pérdida de tiempo.En Colombia tenemos la costumbre de olvidar rápido, o sufrimos de una especie de autismo, que nos resguarda del sufrimiento que históricamente hemos sufrido, no hemos asumido ante tanta violencia instaurada procesos de resiliencia. Tenemos que apelar los colombianos a la conciencia que haga continuidad de nuestra historia, que es común para todos. Debemos aprender a asumir y reconocer los errores y aciertos del pasado que son los que han dado origen a los bienes y males de este, nuestro presente, si no estaremos condenados a repetir y no solo a esto, podemos cortar nuestra posibilidad de futuro también. La nuevas generaciones no pueden tratar con ligereza las instituciones, los bienes y las mismas personas de nuestro país.Lo cierto y lo más importante es que somos personas históricas, no somos ángeles, vivimos en un tiempo y espacio concreto. Cada generación necesita de la anterior y se debe a las que siguen; por eso es necesario para construir país, nación, una casa para los que vienen después de nosotros; que dialoguemos, que digamos la verdad, que aceptemos las diferencias, nuestras responsabilidades y así podremos reconciliarnos, perdonar y reconstruir nuestra casa, nuestra Patria.