El pais
SUSCRÍBETE

Insistiendo

Como quedó demostrado con los ‘resaltos’ con que el secretario Hadad obligó...

9 de mayo de 2013 Por: Benjamin Barney Caldas

Como quedó demostrado con los ‘resaltos’ con que el secretario Hadad obligó a buena hora a que se respeten los carriles en algunas vías de Cali, como en el despelote de la salida al mar o en la Avenida de Circunvalación (que ya no lo es), el principal causante de la falta de fluidez y de la inseguridad del tránsito en esta ciudad es que poco se los sigue en el resto de sus vías. Al parecer aquí la gente no hace caso de los carriles sino a la fuerza, con separadores, y el respeto al carril con sangre entra parece pensar Hadad, y por ahora con parte de razón.Pues, cuándo entenderemos que muchos no pueden respetar los carriles porque no son continuos de cuadra en cuadra, y se los suma o divide en lugar de separarlos y juntarlos, o ponerlos paralelos para facilitar su entrecruzamiento; acción ésta desconocida por los conductores caleños que solo saben abalanzarse agresivamente en diagonal. Y que los carriles de la derecha deben ser más anchos para que cuando los carros se detengan junto al andén no paralicen el paso en los carriles adyacentes, y que sean los utilizados por motos y ciclistas.Cuándo nos enteraremos que poner las dos calzadas de una vía con separador, en el mismo sentido, se desechó hace años en todas partes. Hacerlo, y más aun cuando ni siquiera forman un par vial con otra de igual capacidad, sólo ocasiona desorden y accidentes para los conductores y confusiones peligrosas para los peatones que de repente se encuentran en Londres sin saberlo. Fue lo primero que se cambió en la RDA cuando la unificación de Alemania, junto con el “cruce en rojo con cuidado”, que tampoco se ha eliminado del todo aquí.Cuándo aceptaremos que hay que hacer pasos subterráneos en lugar de aparatosos puentes, los que para peor de males ahora en Cali se ‘adornan’ y curvan imitando los de Calatrava, el ‘arquitecto’ más demandado del mundo. Puentes que ni siquiera en Miami están en los centros de las ciudades pero que aquí son motivo de orgullo para los ciegos que no ven su fealdad, ni de que a pesar de pagan por ellos impuesto de valorización desvalorizan su entorno. Solo son un negocio para los que los construyen y para autoridades corruptas, como en Bogotá.Cuándo entenderemos que hay que poner semáforos sincronizados y con tiempo para los peatones. Que la gente es más importante que los carros, como lo fue en Pompeya, y que lo malo de los pasos pompeyanos en Cali es que aquí se los pone caleñamente en función de los carros y no de los peatones, como todos los nuevos de la Calle Quinta. Y que en lugar de ‘acostar policías’ en la mitad de las cuadras, se deberían juntar en sus esquinas, si es que son imprescindibles, formando pasos peatonales al nivel del andén, pompeyanos, es decir.Hay que insistir que una ciudad son sus gentes en sus calles, pero que aquí hasta sus muy estrechos andenes están invadidos por carros, como vergonzosamente en el Club Colombia -que debería dar el buen ejemplo-, lo mismo que el Hotel Intercontinental -que se apropió del que pasa al lado- y ya no hay allí anden público, lo que aquí lamentablemente no es una redundancia. Hay que insistir en que hay unir correctamente lo público (calzadas, andenes y fachadas de las calles) con lo privado (los edificios y lo que pasa en ellos), y considerarlo en el POT.

AHORA EN Columnistas

Columnistas

Oasis

Columnistas

Autocracias