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Región y país

Esta definición estratégica exige tarea recurrente y permanente, con ámbito de largo plazo. Las instituciones nacionales, centralistas y estáticas, la inhiben.

30 de noviembre de 2021 Por: Gustavo Moreno Montalvo

El Suroccidente tiene elevadísimas tasas de homicidios, en particular en las ciudades del Valle del Cauca, e ingreso per cápita inferior al promedio nacional. Cali, Buga, Palmira y Tuluá tienen 50 homicidios por cada cien mil habitantes por año, cuando la cifra nacional es del orden de 25.

Además el país no aprovecha de manera adecuada las posibilidades de Buenaventura, único puerto relevante de Colombia, sobre el Océano Pacífico, como polo dinamizador de la economía mediante la articulación con la cuenca correspondiente, foco de la economía mundial en el Siglo XXI.

El país no ofrece soluciones a los problemas de la región ni manifiesta interés en aprovechar las oportunidades que ella ofrece. Se observa que Chocó, departamento que no se incluye entre los del Suroccidente pero comparte con ellos litoral pacífico, tiene 65% de población bajo la línea de pobreza aproximadamente, y niveles de corrupción épicos.

En general. las instituciones públicas de Colombia no son eficaces para cumplir sus propósitos básicos en el territorio nacional, y Bogotá mira al Suroccidente y al Pacífico por encima del hombro en el esquema centralista que orienta las instituciones. Esta actitud tiene raíces históricas: la precaria acumulación de capital en la región durante la Colonia y el Siglo XIX, en buen grado atada de manera directa o indirecta a la minería del oro, fue obstáculo para la definición de la élite de Popayán en la pugna entre Santafé y Quito, la terminación de la esclavitud en Colombia y la construcción de ordenamiento adecuado en el país.

Cauca comprendía en su apogeo no solo el Suroccidente, incluido Putumayo, sino también Chocó. La desarticulación entre regiones y las pugnas entre las élites sociales del Suroccidente fueron punto de partida de diversas guerras civiles en el Siglo XIX, la más importante de las cuales, la rebelión de Tomás Cipriano de Mosquera contra la Confederación Granadina impulsada por Mariano Ospina Rodríguez, desembocó en reordenamiento institucional hacia el liberalismo en la Convención de Rionegro en 1863.

Cauca, fracturado desde 1910 con la creación de Valle del Cauca, es hoy el departamento con más presidentes en su pasado, pero su ingreso per cápita promedio es poco más de la mitad del promedio nacional. La élite de Pasto, por otro lado, tomó partido por la causa realista en las pugnas de independencia, y se identificó más con Quito, cercana en comparación con Santafé. Nariño es hoy muy pobre en el contexto nacional, con ingreso per cápita a duras penas del orden de 40% del promedio nacional, similar al de Putumayo. Anotación especial amerita la situación de la Costa Pacífica, más pobre que el resto de la región, y más perturbada por el narcotráfico.

En principio, las estrategias de desarrollo social y económico deben ser producto de acuerdos entre sectores público y privado, con las ventajas comparativas relativas como punto de partida para asignar recursos de inversión pública, orientar la formación en tecnologías, e impulsar la inversión privada.

Esta definición estratégica exige tarea recurrente y permanente, con ámbito de largo plazo. Las instituciones nacionales, centralistas y estáticas, la inhiben. La situación de la región, azotada por la violencia, invita a promover cambios profundos en el sistema político colombiano, hoy obstáculo para el desarrollo social y económico, para que sea fuente de soluciones.
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