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Oportunidad evidente

Habrá elecciones presidenciales en 2022. Ante la ineficacia de otras opciones, todos los habitantes del Suroccidente deberíamos exigir al nuevo gobierno, sin importar quién sea el elegido, firme compromiso con el Pacífico

21 de septiembre de 2021 Por: Gustavo Moreno Montalvo

La región Suroccidental y Chocó están en seria dificultad. Esta circunstancia es paradójica: la importancia de la cuenca del Pacífico es evidente para el mundo entero, pero Colombia es la excepción.

La región es muy pobre: Valle a duras penas tiene ingreso per cápita similar al promedio nacional, y Chocó, Cauca y Nariño lo tienen muy inferior. Además está asediada por el narcotráfico. Lo más grave es la ausencia de estrategias de desarrollo integral en la región, cuando es evidente la oportunidad de impulsar el crecimiento nacional y participar en el proceso de vinculación efectiva del país a la economía mundial en el mar de Balboa.

El punto de partida es reconocer que el único sitio de la Costa Pacífica donde puede hacerse una ciudad puerto de dimensión importante para el Siglo XXI es Buenaventura. Además es preciso entender que el costo de prestar servicios a las poblaciones en el litoral y en los ríos en sitios inadecuados para la vida humana por el clima, por las plagas, entre ellas la malaria, y por la necesidad de preservar el frágil entorno de la selva que cubre casi todo el territorio.

En cualquier caso, se requieren cambios cualitativos: es necesario robustecer la cultura afrocolombiana y costeras y, en paralelo, impulsar el inglés y el mandarín. La estrategia incluiría impulsar la vinculación de capital chino a Buenaventura, la dotación de infraestructura adecuada para la vida digna y ordenada, con planes para abordar el crecimiento de requerimientos resultante de la migración masiva que provendría de todo el Pacífico colombiano, el esfuerzo para mejorar la calidad de la educación pública y los servicios de salud, la materialización del monopolio de la capacidad de coerción en cabeza del Estado, el control a la corrupción y la incorporación de métodos de gestión adecuados para la articulación apropiada de todas estas tareas.

Sorprende que los gobernadores del Valle desde 1992, cuando el papel de los departamentos se centró en el ámbito simbólico como consecuencia de los cambios constitucionales que municipalizaron la redistribución de ingresos corrientes, no hayan impulsado la iniciativa de hacer de Buenaventura la ciudad más importante de Colombia, y se hayan resignado al esquema centralista, con crecimiento económico lento y desigual, que ha imperado en el país desde entonces. Se prefiere echarle mano al modesto botín a disposición, en vez de pensar en grande y hacer una verdadera revolución, no solo para la región sino para Colombia en general. Una gesta de dimensiones épicas bien ejecutada pondría en evidencia que es posible ver el mundo con lupa diferente de la prevalente, y obligaría a revisar muchas cosas para estar a la altura de las exigencias del mundo. Sería la catapulta para impulsar a la órbita del liderazgo nacional a quien cogiera la batuta para persuadir a Colombia con el objetivo firme, la capacidad para ordenar ideas, la audacia para formular y ejecutar planes, y la destreza comunicativa para alinear voluntades alrededor de la visión compartida de región en auge.

Habrá elecciones presidenciales en 2022. Ante la ineficacia de otras opciones, todos los habitantes del Suroccidente deberíamos exigir al nuevo gobierno, sin importar quién sea el elegido, firme compromiso con el Pacífico. Habría saltos en lo social, cultural, económico e incluso espiritual. Se invita a liderar la causa a quien sea capaz.
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