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Nariño y el Suroccidente

La región es vulnerable, la pobreza y la falta de oportunidades son angustiantes, y la complejidad de la Costa Pacífica es conveniente para la delincuencia.

5 de enero de 2020 Por: Gustavo Moreno Montalvo

Nariño es extenso y complejo. La cordillera de los Andes se separa en el nudo de los Pastos en dos brazos, la Cordillera Occidental de una parte, y el brazo que en Almaguer, Cauca, se bifurca en Central y Oriental. La principal ciudad del departamento es su capital, Pasto, en el valle de Atriz, al norte del nudo de los Pastos, con unos 400 mil habitantes.

En el lindero entre Colombia y Ecuador se encuentra la mesa de Túquerres e Ipiales, a tres mil metros sobre el nivel del mar. Hacia el Oeste en la Costa Pacífica, de clima tropical húmedo, está Tumaco, ciudad de 200 mil habitantes y gran pobreza, con analfabetismo cercano a 50%. La tercera ciudad en número de habitantes es Ipiales, con población ligeramente inferior a la de Tumaco, pero mucho menos pobre.

El ingreso per cápita del departamento es hoy muy bajo, la mitad del promedio nacional, y la población no aumenta: hay emigración por falta de oportunidades. En épocas de economía cerrada hubo cultivo de cereales y algo de industria. Después hubo importantes inversiones en Tumaco, en cultivo de camarones y en palma africana. Hoy subsiste la papa, pero la situación de Nariño es precaria. No ha habido aprovechamiento de oportunidades derivadas de posibilidades de integración económica con Ecuador, ni desarrollos tecnológicos de los cuales se deriven ventajas comparativas para la región.

Pasto ha logrado magníficos resultados en las pruebas Saber del Icfes, que evalúan la educación media, pero el resto del departamento tiene desempeño muy dispar. La infraestructura vial es precaria, y la compleja topografía nariñense no facilita el flujo vehicular. El aeropuerto Antonio Nariño, ubicado en Chachagüí, a más de 30 kilómetros al norte de Pasto, no tiene los equipos para facilitar su uso en circunstancias climáticas desfavorables. Como consecuencia de frecuentes vientos cruzados, se cierra con extrema facilidad.

El puerto de Tumaco, el segundo del Pacífico colombiano, no tiene condiciones idóneas para barcos grandes, y queda a 300 Kilómetros de Pasto. Sus perspectivas son, pues, limitadas.

El mayor flagelo de Nariño es el narcotráfico: Tumaco es el primer municipio de área cultivada en coca y Nariño el primer departamento; además es el corredor para el producto proveniente de Putumayo, Caquetá y Guainía. La débil presencia del Estado y la inconsistencia de las políticas públicas para impulsar la agricultura y, en general, los procesos productivos, hacen de Nariño lugar ideal para impulsar el cultivo y el procesamiento del alcaloide.

Como también Cauca es sitio de importantes cultivos de coca, de lo cual se infiere que el Suroccidente está amenazado por la ilegalidad. Esta apreciación se confirma al comparar la tasa de homicidios de Cali, el doble del promedio nacional pese a los esfuerzos, y más de tres veces la de Bogotá.

La región es vulnerable, la pobreza y la falta de oportunidades son angustiantes, y la complejidad de la Costa Pacífica es conveniente para la delincuencia. Es preciso poner en práctica políticas de Estado para darle el giro necesario a la región. Nariño es el conjunto geográfico más frágil, y debe tener atención prioritaria. Obras son amores y no buenas razones.

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