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Movilidad y estrategia

La gestión del Sistema Integral de Transporte Masivo debe orientarse a servicio, más que a provisión de infraestructura

23 de febrero de 2021 Por: Vicky Perea García

Las soluciones inadecuadas para facilitar la movilidad en las ciudades del Siglo XXI tienen costos sociales y económicos enormes. Cali no es excepción: la ciudad creció en forma dramática desde mediados del siglo pasado, pero perdió población en su núcleo desde 1970.

Hace un cuarto de siglo comenzó a explorar soluciones ordenadas para sustituir el transporte colectivo. Los especialistas recomendaron tren ligero, para lo cual se aprovecharía la línea férrea norte sur, se optó por el sistema de buses que hoy existe. Se redujo el número de buses de manera drástica, pero el número de usuarios del sistema de transporte masivo no alcanza a un tercio de los estimados. Entre tanto, ha crecido la cantidad de motos, con los riesgos inherentes.

No ha habido estrategias efectivas para densificar la ciudad ni se ha acogido la iniciativa de revisar la visión de ciudad con un eje urbano en la franja férrea, pese a que ese es el camino para repensar el centro ampliado, desde la Calle Quinta hasta la Calle 34.

Se deben retomar las sugerencias originales de los consultores, habilitar la línea férrea, incorporarla como eje del sistema de transporte masivo y complementarla con otra línea que vincule a Aguablanca con el resto de la ciudad, alimentar el tren ligero con buses y ejecutar un plan global de centro ampliado para hacer desarrollos urbanos con trabajo y vivienda a distancias pequeñas, que serviría para promover el traslado de sedes de empresas de Bogotá a Cali con uso eficiente del tiempo y mejor clima de trabajo, y aumento del ingreso per cápita de Cali.

Se debería mejorar la comunicación mediante señalización y demarcación vial, impulsar la bicicleta y establecer los semáforos inteligentes para reducir tiempos perdidos improductivos. Para abordar los problemas actuales con perspectiva de largo plazo y racionalidad en la asignación de recursos sería acertado conformar el área metropolitana en firma integrada con Yumbo, Jamundí y los asentamientos en el borde oriental del municipio que hoy son parte de Palmira y Candelaria, renunciar al ineficiente Distrito Especial y organizar centralidades dentro de la urbe, flujos peatonales en supermanzanas y vías de integración con el resto del país.

Es preciso conformar Autoridad Única de Transporte con participación de Planeación, Hacienda, Infraestructura, Movilidad y Metrocali. Además se necesita ajustar los contratos con los operadores, para hacer tránsito de lo actual a la solución. Es esencial tener la información sobre dónde y a qué hora ingresa y sale cada persona cada día, cada semana del año, y establecer el método para evaluar propuestas para la reducción de tiempo en desplazamiento, que es el beneficio.

Cabría como complemento evaluar el impacto de estrategias amplias en el ingreso per cápita, y el cambio en patrones de crecimiento de la ciudad. La gestión del Sistema Integral de Transporte Masivo debe orientarse a servicio, más que a provisión de infraestructura; se debe administrar la planeación según las expectativas de los usuarios, que cambiarán al mejorar el servicio, verificar el cumplimiento y hacer los ajustes del caso. El tiempo es oro, y el beneficio de hacer las cosas bien inmenso.