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¡Hacer rendir la plata!

Colombia ha optado por hacer redistribuciones directas como mecanismo para mitigar las...

14 de mayo de 2012 Por: Gustavo Moreno Montalvo

Colombia ha optado por hacer redistribuciones directas como mecanismo para mitigar las desigualdades. Sin embargo, algunos esquemas aplicados incentivan conductas improductivas. Se destaca entre ellos Familias en Acción. Por supuesto, los subsidios son necesarios; el reto es lograr que en el largo plazo no se requieran. Nunca se suprimirá en forma total la misión de proteger a segmentos vulnerables de la población, pero en la medida en que un país o una región como conjunto aumente su productividad será preciso menos esfuerzo de todos para asegurar vidas dignas, con plena atención a las necesidades básicas, y espacios para el libre desarrollo de la personalidad. No es una utopía: las nuevas tecnologías permitirían ofrecer a todos los habitantes soluciones consistentes con el propósito de la sostenibilidad. Se requiere sólo un diseño institucional adecuado y personas con formación y valores en las posiciones directivas. Lo segundo, buenos directivos, es más probable si se logra lo primero: buenas instituciones. Por lo pronto, no es un buen diseño institucional aquel en el cual los subsidios no tienen contraprestación a favor del Estado. A todos los beneficiarios se les puede ofrecer una oportunidad de retribución. El servicio público es una manera de mitigar el desempleo e impulsar la formación, dado que el espacio de servicio público a través del cual se pagaría el beneficio ofrecería el aprendizaje que toda persona logra como resultado de su trabajo. La propuesta de dar a todos una oportunidad de trabajo a través del Estado no es nueva. El reto es diseñar esquemas de gestión pública que mitiguen el clientelismo y den resultados sólidos y duraderos. El aumento del empleo estatal en un sistema de gestión pública racional sería el producto de hacer rendir el dinero, no de aumentar el tamaño del Estado más allá de lo prudente. El punto de partida para una propuesta ambiciosa de redistribución y con resultados consistentes es la revisión de los procesos públicos básicos: legislar, juzgar, administrar. La lupa crítica rigurosa haría muy fácil aumentar la productividad del Estado en Colombia y la calidad de los servicios que presta. Además nos acercaría hacia la meta de convertirnos en una verdadera democracia. Desde comienzos de la posguerra nuestra sociedad se ha transformado, nos hemos vuelto un país urbano, y hemos logrado enormes avances en la cobertura de salud, educación, vivienda e infraestructura, pero enfrentamos obstáculos de enormes dimensiones para mejorar el ingreso y su distribución, lograr paz y seguridad fundadas en el respeto, y construir un conjunto cultural a partir de nuestras raíces y los elementos que ofrece la posmodernidad. En otros países el ingreso ha crecido a tasas mucho más altas que las logradas con nuestras instituciones. ¿Verán nuestros gobernantes la luz?