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Banqueros bajo la lupa

En todo el Planeta los banqueros inspiran desconfianza. Es lógico: su irresponsabilidad...

14 de febrero de 2015 Por: Gustavo Moreno Montalvo

En todo el Planeta los banqueros inspiran desconfianza. Es lógico: su irresponsabilidad y falta de ética fueron la causa de la gran recesión mundial de 2008-2009. Empaquetaron los créditos inmobiliarios defectuosos como gran maravilla y los vendieron en el mercado de capitales. Las agencias calificadoras de riesgo no hicieron bien su papel. Las consecuencias fueron desastrosas: hoy no hay seguridad sobre la capacidad de recuperación de la economía europea. El gobierno de Estados Unidos multó a los principales bancos, pero no hubo los procesos penales que debería haber habido. Quedó así en evidencia la capacidad de los culpables para incidir sobre las instituciones públicas.En Colombia hubo un colapso del sistema financiero a finales de los 90, motivado por la combinación de dos factores: el impacto internacional de una crisis financiera en el sudeste asiático y la liviandad en garantías inmobiliarias, también consecuencia de deficiente análisis frente a la aparente posibilidad de crecer rápido y obtener más utilidades. En esa ocasión las autoridades favorecieron, en general, la consolidación del sector financiero, y rescataron en forma preferencial a los bancos grandes. Todo indica que se prefiere tener pocos participantes, muy grandes y sólidos, con muy elevadas ganancias. Es de esperar que el sistema, conformado por entidades poderosas, con mucho patrimonio, no haga trasnochar a quienes tienen la tarea de vigilar la conducta de los participantes. Nuestro sistema bancario hoy es de escasa innovación, elevadas tasas de interés para las empresas pequeñas y los créditos de consumo, y costos elevados por el servicio de gestión de los dineros de los depositantes, a pesar de que esos dineros son precisamente la materia prima para los préstamos, por los cuales se cobra a los deudores. Sería preferible tener menos barreras de entrada, más competencia, y un mejor servicio. Como la banca maneja los ahorros del público, siempre debe haber escrutinio de las autoridades a su desempeño, pero la mejor protección es más imaginación para diseñar productos y más rigor para aprobar créditos. Los banqueros deben entender que su papel social es muy especial, y que sus empresas deben ser modelo en todos los capítulos: contratación acertada y entrenamiento permanente del personal, práctica permanente de principios de conducta claros, eficiencia tecnológica, buen diseño organizacional y sentido de pertenencia hacia la comunidad. A veces la tentación del beneficio económico de corto plazo prevalece sobre los principios, y ese suele ser el principio del fin. Ojalá los vientos de la crisis fiscal causada por la caída inesperada de los precios del petróleo, y la consiguiente desaceleración de la economía, impulsen a todos los involucrados, y en especial a los banqueros, a hacer sus mejores esfuerzos para atender en forma acertada las necesidades de la sociedad, en vez de pensar solo en cómo extraerle la sangre, porque ver el mundo con exceso de ambición puede ser el atajo al colapso. ¿Será posible que estas reflexiones calen?