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Firmeza

Muchos quisiéramos equivocarnos cuando disentimos de la actitud asumida por el señor Presidente en relación con la ampliación del IVA al 80 % de la canasta de productos de primera necesidad.

18 de noviembre de 2018 Por: Gustavo Gómez Córdoba

Muchos quisiéramos equivocarnos cuando disentimos de la actitud asumida por el señor Presidente en relación con la ampliación del IVA al 80 % de la canasta de productos de primera necesidad. Ni él, ni su criticado ministro, ni su bisoño viceministro de Hacienda merecen respaldo al recomendar este tributo dañino.

Menos cuando a las primeras de cambio, y ante una aplastante oposición a tan injusta medida, deciden, todos a una, dejar librada tan repudiable tributación a lo que se quiera hacer en las comisiones del Congreso. Recomendable siempre lavarse las manos, menos en el ejercicio de la gestión ejecutiva.

Revela poca habilidad de gobernante dejar en el vacío una decisión contundente sobre el proyecto. O se le respalda de manera diáfana y con todos los medios disponibles, o se lo retira con igual firmeza y claridad.
Pero la ambigüedad le resta prestigio, ascendiente y confianza al señor Presidente. La mano firme se quedó pegada en los afiches de campaña.
Otro flanco crítico de nuestro gobernante es su actitud frente a uno de los mayores problemas que enfrenta Colombia en lo interno y en la esfera internacional: el auge incontenible e incontrolado de los cultivos ilícitos. Se espera mucho, pero poco, poquísimo, se hace al respecto de manera eficaz.

La idea general, que en nada favorece al Presidente, es que ese mal mundial lo ha abrumado de tal manera que nadie sabe qué se ha hecho sobre el particular ni qué se hará en el inmediato futuro. Flotar, flotar en la indefinición, es lo que se percibe como orientación política palaciega. El Gobierno pretende englobar todo, pero no en el sentido de abarcar, sino en el de lanzar globos distractores al aire. Gobernar no es proponer; es ejecutar.

Igual apreciación merece la actitud frente al Eln. Hasta hora, a pesar del discurso oficial, se va imponiendo lo que los elenos disponen. Y ganan tanto terreno como el que pierde la nación. Se les han abierto todas las posibilidades para detener, por lo menos, su accionar insurreccional y acordar mecanismos reales, seguros y justos de desmovilización.

Ya es hora de cerrar este ciclo, al menos por el lapso de un año y sustituirlo por una severa acción de las Fuerzas Armadas (cuya cúpula danza en arenas movedizas), a ver si se animan a sintonizarse con la paz.
A propósito de la cúpula, de acuerdo en que no les corresponde a columnistas y opinadores decidir cuándo se releva a los oficiales. Es tarea del Presidente. Aunque él no lo tenga claro. Con tal de que comience a entenderlo Jorge Mario Eastman, quedamos más tranquilos.

Consideran en Palacio que todo marcha bien en este país. Ese es preciosamente el problema: que de aquí en adelante, todo marchará. Y en las marchas, de paso, se le hace la campaña al popularísimo próximo presidente.

***

Ultimátum. Con el ánimo de dejar la criticadera y aportar soluciones, se le sugieren estas opciones tributarias al ministro Carrasquilla: IVA a los hogares con más de tres hijos (por presumirse un mayor gasto de bienes nacionales, que serían exportables), IVA al ascenso de azúcar en los diabéticos, IVA por no haber votado en las elecciones (calculado a partir del número de votos obtenidos), IVA sobre los montos de los peculados que se quedaron sin investigación ni sanción, IVA al salario de todos los funcionarios de alto nivel que, como Carrasquilla, han tenido dolores de cabeza con el agua (municipal o saborizada) y, aunque me dicen que ya el gobierno trabaja en la idea, IVA al IVA. Y listo.

Sigue en Twitter @gusgomez1701