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Adiós al billete

El dinero todo lo compra. Y lo que no compra, lo alquila....

10 de abril de 2016 Por: Gustavo Gómez Córdoba

El dinero todo lo compra. Y lo que no compra, lo alquila. Por eso, y porque en Colombia “cuánto tienes cuánto vales; principio de la actual filosofía” (¡sigue vigente, maestro Villamil!), es conveniente que tenga usted en cuenta el puñado de consejos que hoy ofrecemos en esta columna:Adiós a los bancos. No hay gobierno que haya podido (o querido) ponerlos en cintura, así que, para evitar que el costo de los servicios financieros merme su capital, use siempre efectivo y téngalo debajo del colchón. La delincuencia puede sortear las barreras de seguridad del hogar de cualquiera y tomar, digamos, unos mil doscientos millones de pesos, pero esos dineros tarde que temprano aparecerán en manos de alguien. Se recomienda, eso sí, ser muy cuidadosos en la manera de transportar el efectivo a casa, porque en casos como el del hijo de la directora financiera del Senado (o del benemérito Yahir Acuña) la mala fortuna puede arrebatarnos en cualquier esquina el dinero transportado.Adiós a los ceros. Siga anualmente las propuestas legislativas que buscan, con el apoyo del Ministerio de Hacienda, que nos desprendamos de algunos ceros en los billetes. Además de ilustrativas, estas discusiones logran desviar la atención de la opinión pública sobre asuntos menores como, por ejemplo, el cuatro por mil, célebre gravamen para operaciones que nació de manera transitoria para enfrentar una crisis bancaria y terminó convertido en permanente. A los colombianos nos siguen esquilmando con esta herramienta medieval diseñada para arrancarnos la ‘lana’. Pero no se afane: recuerde que lo importante es seguir discutiendo sobre los ceros y no sobre la sutil manera en que se llevan de nuestros ahorros unos cuantos ceros a la derecha de la coma.Adiós a la confianza en los nuevos billetes. Superada la discusión sobre si Lleras es más personaje de billete que Nairo (o de por qué las mujeres están en los de menor denominación), desconfíe de los ‘Lleritas’. Sobre todo si cree en la exótica teoría de que son un aporte del gobierno para que las guerrillas puedan mover sus ingresos en menos espacio. Ni se le ocurra revisar los estudios de empresas como Infolaft, con años de experiencia en la prevención del lavado de activos, y que sostiene lo contrario: cuando hay nuevos billetes, las bacrim y la guerrilla deben desenterrar caletas para deshacerse de los viejos billetes, con el consecuente riesgo y detrimento de sus finanzas.Adiós a Panamá. No lleve sus dólares a Panamá. Es un país serio, pero atraviesa por un terrible momento debido a las malas lenguas. Sus detractores dicen de manera rastrera y calumniosa que la gente de bien deposita allí capitales a través de empresas de papel para evadir el pago de impuestos. Víctimas de estas injustas aseguraciones, cerca de 850 colombianos han visto en la prensa sus nombres en letra de molde. Todos sabemos que jamás (óigase bien: ¡jamás!) ha sido su intención evadir al fisco y que habían informado a las autoridades de tales operaciones. Seguramente todos tendrán una coherente explicación que nos dará la tranquilidad de seguir confiando en nuestros boyantes hombres de negocios, exfuncionarios y políticos, orgullo de Colombia en el concierto de las naciones. Ultimátum: dice la Contraloría de Bogotá que, gracias un déficit de gestión en la Bogotá Humana, hoy cursan en la entidad 591 procesos de responsabilidad fiscal por alrededor de un billón de pesos. Otro éxito de la gestión de Gustavo Petro.@gusgomez1701