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No es poniendo límites

Diversos líderes y analistas de izquierda han cuestionado recientemente el derecho a...

6 de junio de 2015 Por: Gustavo Duncan

Diversos líderes y analistas de izquierda han cuestionado recientemente el derecho a la libertad de expresión. Piedad Córdoba al morir Eduardo Galeano publicó en Twitter una famosa frase de él: “A veces se confunde la ‘libertad de expresión’ con ‘la libertad de presión’”. La crítica de la izquierda apunta a la concentración del poder económico de ciertos sectores que les permite utilizar los medios de comunicación para imponer su visión y sus intereses en la interpretación de la realidad.En apariencias la crítica suena coherente con el propósito de garantizar el pluralismo informativo. En la práctica es una excusa para que quienes concentran el poder político impongan restricciones a la libertad de expresión a cualquier sector de la sociedad que se les oponga. El caso de Venezuela es el más aberrante. Pero Argentina y Ecuador no se quedan muy lejos. Con el argumento de la manipulación mediática por los grandes grupos económicos se justifica la concentración de los medios informativos por el gobierno y la censura a la oposición.Por eso es lamentable la columna del pasado domingo de León Valencia en que pone la llegada de Claudia Gurisatti al Canal RCN como un atentado al pluralismo informativo. La molestia de Valencia obedece a la posición tan dura de Gurisatti contra los gobiernos de izquierda en América Latina y al proceso de paz de con las Farc. Su posición revela que un sector de la izquierda, que se presumía preocupado por el pluralismo y el respeto a las libertades esenciales, también se ha contagiado con la idea de poner límites a la libertad de expresión.Valencia propone, ni más ni menos, que en nombre de los altos intereses nacionales que se juegan en el proceso de paz se haga recapacitar a Gurisatti y a los dueños del canal para que cambien su línea editorial. De allí a acallar la oposición en los medios como lo hacen los gobiernos de izquierda radical en América Latina hay un paso. ¿Acaso no es un derecho disentir del proceso de paz de Santos con las Farc como lo fue en su momento disentir cuando Uribe negoció con los paramilitares?Si de verdad la izquierda quiere que exista mayor pluralismo informativo debe esforzarse porque en la sociedad se amplíen los medios y canales informativos, no en cerrar o limitar los existentes. Para que indígenas, afros y demás excluidos puedan expresarse no es necesario, ni conveniente, que se cierren los canales de comunicación a quienes ya se expresan. Mucho menos si los medios responden a las necesidades informativas de una mayoría. Valencia se queja de que Gurisatti tiene la mitad del rating informativo, lo que aritméticamente es una verdad a medias, pero se olvida que medio país es uribista y Gurisatti responde al tipo de noticias que ellos quieren consumir así a uno no le provoque ni comparta su línea editorial.La solución, por el contrario, está en abrir nuevos medios, más atractivos para ese medio país. El espacio virtual Las Dos Orillas es un gran avance en ese sentido. Deja atrás la anticuada propaganda marxista que solo sirve para convencer a unos ortodoxos ultraconvencidos y demuestra que la izquierda puede ofrecer noticias y opiniones frescas que amplíen su espectro de lectores.Al final, lo que preocupa es que si la izquierda algún día llega al poder en Colombia pretenda imponer el contenido informativo de los medios. Empezaríamos a decir adiós a la democracia.