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Mentiras y video

La escena es perfecta para una película de bajo presupuesto. El problema es que ocurrió en la realidad.

27 de diciembre de 2019 Por: Gustavo Duncan

La escena es perfecta para una película de bajo presupuesto. El problema es que ocurrió en la realidad. Unos guardias forestales en la carretera que atraviesa un parque natural en Suráfrica detienen a un ciclista y haciendo gala de llaves, ganchos y empujones lo suben en la parte trasera de una furgoneta. La imagen queda grabada por un compañero del ciclista en su celular, quien pudo filmar hasta que uno de los guardias de seguridad se acercó a tapar la cámara. En la escena todos eran negros, incluyendo al ciclista, así que no se trató de un acto racista sino de pura brutalidad policiaca.

Afortunadamente, al final no hubo muertos. Pero el ciclista sufrió algo más que moretones y magulladuras. Uno de sus brazos tuvo una grave fractura. Las radiografías muestran claramente cómo se desprendió en su totalidad un hueso entre el codo y el hombro.

Lo sucedido seguramente no hubiera pasado de ser un escándalo en Suráfrica si no fuera por el hecho de que el ciclista agredido por los guardias forestales era un profesional de la máxima categoría del ciclismo en ruta, quien ganó la montaña en el Tour Down Under 2018. Las redes sociales, sobre todo la de los aficionados del ciclismo en el mundo, estallaron con los abusos cometidos. Será muy complicado para las autoridades de Suráfrica no tomar sanciones ejemplares contra los guardias forestales. El mundo entero está observando.

No es la primera vez que las cámaras delatan a las autoridades policivas. En Colombia gran parte de los reclamos contra el Esmad provienen de la indignación que causan las imágenes de su uso excesivo de la fuerza. Las imágenes incluso pueden ser una interpretación excesiva. En muchos casos son sacadas de contexto y, eventualmente, pueden estar omitiendo las circunstancias que condujeron a los abusos de fuerza.

Como fuera que sea, eso es mejor a que no existieran imágenes de la forma cómo los cuerpos policivos de los estados tratan a los ciudadanos. Hoy en día, con la proliferación de celulares con cámaras de video y la conexión instantánea a un archivo virtual, le es muy difícil a las autoridades policivas, aquellas que interactúan directamente con la población, pasar por alto las normas que regulan esta interacción sin ser descubiertos. De algún lado saldrá un video que pruebe las mentiras de quienes abusaron de la fuerza que les confió el estado y la sociedad.

Por eso, es tan importante que se utilice esta tecnología para depurar y disciplinar los comportamientos de los cuerpos policivos. Es la principal herramienta que se dispone actualmente para evitar abusos. De parte y parte, porque muchas veces son los propios ciudadanos los que se inventan acusaciones sobre abusos que no ocurrieron o que no fueron tan graves.

Hay un par de recomendaciones simples y obvias en ese sentido. La primera es que para llevar a cabo determinados operativos cotidianos que impliquen una interacción con los ciudadanos, los agentes deban llevar una cámara que registre el procedimiento. La segunda es que la legislación sancione de manera severa a los cuerpos policivos que impidan a las personas que graben su interacción con la ciudadanía. Registrar en video los comportamientos y conductas de la policía debe ser un derecho.

El video, al final de cuentas, puede convertirse en una herramienta que obligue a las autoridades a actuar de acuerdo a los protocolos y a protegerlos de falsas denuncias.

Sigue en Twitter @gusduncan