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El cobre de Petro

Como el mismo Petro reconoció, las imágenes del video donde aparece al mejor estilo de los sopranos son escabrosas.

7 de diciembre de 2018 Por: Gustavo Duncan

Como el mismo Petro reconoció, las imágenes del video donde aparece al mejor estilo de los sopranos son escabrosas. En cualquier democracia decente del mundo desarrollado hubieran significado su muerte política. En adelante, hasta sus propios copartidarios tendrían vergüenza de juntarse con él.

Pero aquí no es así. Petro se pudo dar el lujo de pasar varios días sin dar explicaciones. Luego pudo cambiar su versión en un video del peor gusto melodramático, al nivel de un mercado de lágrimas, y dar una rueda de prensa donde ningún periodista le hizo ninguna pregunta seria que cuestionara su versión y permitiera dilucidar si era plausible. Como si fuera poco, la persona que Petro sostiene le envió el dinero, Simón Vélez, niega que jamás le haya hecho un préstamo y mucho menos un aporte a su campaña.

Lo cierto es que el video es contundente. Queda claro que Petro recibió plata en efectivo de un origen incierto, porque aun suponiendo que fuera a través de Vélez es claro que el dinero provendría de un tercero distinto a él. ¿Qué querría ese tercero a cambio? También es claro que si hubo un préstamo este no fue pagado por Petro, como él mismo lo admitió, sino por Montes. Y allí la historia se llena de más inconsistencias puesto que en el video y en las explicaciones posteriores queda claro que Montes era un intermediario que cobraba comisiones por conseguir recursos.
Entonces, ¿cómo así que paga una deuda de una plata sobre la que aspira a cobrar una comisión? Eso sin mencionar que las fechas de 2005 o 2004 aducidas por Petro tampoco cuadran. Habló de un resentimiento producto de la forma como ignoró a Montes y a una amiga porque estaba concentrado en el debate de la parapolítica y que por esa razón lo grabaron. ¡Resulta que ese debate fue en 2007!

Es obvio que hay algo en la versión de Petro que no cuadra. Pero pese a la contundencia de los hechos, Petro todavía se mantiene vigente en la política. Los miembros de su partido insisten en su inocencia y que todo se trata de una conspiración de la oligarquía. Muchos aliados circunstanciales piden calma, no apresurar los juicios bajo el beneficio de la duda y lo instan a dar explicaciones. Mientras que el uribismo y la derecha, con toda la razón, encuentran en el video un argumento para cuestionar no solo su honestidad sino su legitimidad para haber hecho tantos debates donde denunció la corrupción de otros partidos y dirigentes.

Si se quiere, puede argumentarse que lo cometido por Petro no es muy distinto a lo que suele hacer la clase política colombiana. Videos así debe haber miles, de contratistas, narcotraficantes, bandidos, etc., que por los precedentes no se fían de los políticos que financian. Es la lógica de no dejar rastro del dinero por el que se pide un favor ilegal o, en el mejor de los casos, impresentable ante la sociedad pero que requiere de algún tipo de garantía para obligar que se cumplan las promesas.

Lo que sí marca una diferencia es que Petro se había presentado como la antítesis de esa forma de hacer política y ha pelado el cobre ante el mundo entero. Su proyecto político puede ser muy distinto al de la clase política tradicional, sin duda marca una ruptura con lo existente, pero hace uso de medios similares para llegar al poder.

Es el típico todo vale con la diferencia que su propósito es ser presidente para hacer saltar por los aires el proyecto de democracia liberal.

Sigue en Twitter @gusduncan