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Droga y plata

Esos activos han sido desde hace mucho el botín millonario de políticos corruptos que los usan para sus estructuras clientelistas

2 de noviembre de 2022 Por: Vicky Perea García

En medio de tantas noticias negativas de un gobierno poco coordinado, que da mensajes contradictorios y dañinos y que revela cada día más claramente lo que hay debajo de su coraza, hay que estar vigilantes de que no pierda el rumbo en el objetivo que ha asumido de sanear la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

Es, tristemente, uno de los pocos frentes donde aún podemos tener esperanza de que las cosas se hagan bien. En pocos otros veo un panorama positivo.

En la lucha contra las drogas hay un consenso grande entre expertos sobre la importancia de reenfocar esfuerzos contra los realmente poderosos que se lucran y manejan los hilos desde la comodidad del extranjero y el anonimato. Esos están hasta en Miami y Dubai, moviendo plata y peones desde lejos porque los políticos viven más obsesionados con las hectáreas de matas que con los que dan órdenes y reparten fajos.

Aún más hoy donde la billetera de los narcos se está abultando con la tasa de cambio y los lavadores deben estar de fiesta, hay que insistir en perseguir la plata. Si antes les rendía la ganancia para bacanales con artistas famosos y prostitutas, hoy les alcanza para docenas de inmuebles, mercancía para negocios fachada y para coimas al más pequeño que se les quiera interponer.

Quitarles sus bienes, ojalá más rápido y en mayor cantidad, debe ser parte fundamental de cómo el país siga combatiendo el lucro del crimen organizado. Pero acá, como todo siempre termina patas arriba, esos activos han sido desde hace mucho el botín millonario de políticos corruptos que los usan para sus estructuras clientelistas pagando favores y haciendo negocios.

Sanear a la SAE es una tarea gigantesca, empezando porque en pleno 2022 parece que funciona con un sistema poco más robusto que un archivo de Excel de los 90. Un papayazo enorme para amañar,
desaparecer y robar. Sanear la SAE requiere combatir al crimen en todas sus formas: perseguir la plata de narcos y al tiempo a los bandidos de cuello blanco que rechazan al crimen desde curules con rabo de paja mientras se apropian de lo que dejan sus compañeritos narcotraficantes.

Es un pendiente desde hace años, pues los esfuerzos previos hoy demuestran su cojera. El crimen es uno solo y el gobierno debe trazar un rumbo claro que demuestre coherencia en combatirlo en todas sus formas.

Por eso, esta nueva intención tampoco es una felicitación para Petro. Su filosofía anticrimen es cada vez más obtusa e incoherente. Uno, por ejemplo, puede reabrir relaciones con Venezuela, defender el interés nacional, y al tiempo ser honesto sobre la realidad dictatorial del país.

Ir a Venezuela para sonreír, posar y darle un aire a Maduro es un regalo desmedido, incoherente y cómplice. Las drogas y su plata también fluyen de lado y lado de la frontera. Y, para ser francos, Maduro debe estar más que untado de polvito blanco.


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