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Cuando se detiene la música

Siete disparos acabaron con la vida de Nick Blixky el 11 de mayo en Prospect Park en Brooklin.

17 de mayo de 2020 Por:

Siete disparos acabaron con la vida de Nick Blixky el 11 de mayo en Prospect Park en Brooklin. Le dieron en el pecho y “las nalgas” dijo el reporte de la policía; tenía 21 años. La hipótesis más sólida vincula este asesinato con el de Pop Smoke en Los Ángeles el 19 de febrero en lo que se creía era un atraco luego que alardeara en Instagram con un fajo de billetes y porque su anterior registro en la prensa fue cuando lo acusaron de robarse un Rolls Royce último modelo, valorado en 375 mil dólares. Tenía 20 años.

Big Booda tenía 24 cuando el 1 de febrero fue acribillado en Washington, igual que Mac P Dawg abaleado el 6 de abril en Koreatown en Los Ángeles. Dee Dave cayó con 29 años tiroteado en la madrugada del 24 de enero en Baltimore, la policía dijo que el objetivo era otro hombre que salía al mismo tiempo del edificio donde vivía Dave y que se regresó a llamar a la policía; cuando el asesino advirtió el error volvió por el otro. Tre Koast tenía 21 cuando estaba en su carro en Phoenix y le dispararon 30 veces para asegurarse de matarlo. El carro quedó “repleto de balas” dijo la policía.

Todos eran jóvenes raperos muertos este año, prueba de la sangrienta estela del más poderoso género musical norteamericano desde el rock. Pero pocos rockeros mueren asesinados, ellos mueren de sobredosis (Janis Joplin) o por algún problema relacionado con drogas: Jimi Hendrix ahogado en su propio vómito en medio de una enorme drogada con barbitúricos; o Jim Morrison épicamente en su tina en Le Marais en París porque su corazón falló tras tanta heroína en la vida. La mayoría muere de causas naturales y ya mayores, como ‘Malo’ Jorge Santana que tenía 68 el 14 de mayo.

La diferencia entre el rock y el hip hop es que acá no hay sicodelia, ni hippismo ni paz y amor, no hay protestas abstractas ni causas nobles por la paz ni la naturaleza. El hip hop es horriblemente concreto, nace en la peor miseria urbana de la América contemporánea, familias disueltas, padres drogadictos, viviendo en el borde de la asistencia social, en esos extraños barrios formados por casas remolques de alquiler, niños creciendo en la violencia, la heroína y los sedantes. La pobreza y la desesperanza los llevan a las pandillas y toda pandilla tiene su pandilla rival, los Opps (opositores) son la causa principal de la muerte de los raperos en Estados Unidos.

Esta música poderosa de letras con jerga incomprensible es riquísima en referencias a la cultura popular y la política americanas y está enraizada en la calle y su violencia. El rap no reconoce una frontera entre la música y la realidad, la muerte salta de un mundo al otro. Por rivalidad musical entre los estilos del Este y el Oeste Tupac Shakur fue asesinado a los 25 años en 1996 en Las Vegas y como venganza en marzo siguiente mataron a The Notorious B.I.G. de 24.

Los raperos no llegan a viejos porque su vida y su música están en una misma dimensión llena de muerte. Aunque D12 y Eminem digan “Man I hate this crap, this ain't rap, this is crazy the way we act, when we confuse hip-hop with real life when the music stops”, más raperos cantarán su propio funeral, como Blixky: “Better pray for your life, my niggas we slide and we'll kill you on sight.

Suck my dick, you rat-faced foolio, steady talkin' 'bout a Blicky's funeral”.

AHORA EN Guillermo Puyana Ramos