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Los humanos somos complejos y sorprendentes en muchas realidades y eso se percibe claro en las supersticiones.

11 de junio de 2018 Por: Gonzalo Gallo

Los humanos somos complejos y sorprendentes en muchas realidades y eso se percibe claro en las supersticiones.

Es increíble darse cuenta de cuántas cosas se creen y para algunos son verdades y para otros, me incluyo, son estupideces o majaderías.

La noche, por ejemplo, desnuda varias supersticiones en Turquía y la asocian con la mala suerte.
Por eso los turcos no se cortan sus uñas por la noche ya que creen que hacer eso acorta la vida.
En las creencias de algunos de ellos tampoco barren su casa por la noche ya que creen que es atraer la pobreza a su hogar.
¡Ah, tantas creencias infundadas que además pululan en todas las culturas y se dan incluso en gente estudiada o religiosa!
Una bien graciosa en países latinos es creer que si un cura pasa en medio de dos mujeres no casadas se quedarán como solteronas.
Desecha vanas creencias como la de la mala suerte; una fácil excusa para justificar tu indolencia y tus malas decisiones. Cultiva sin cesar una fe firme en Dios y en ti. Pero ojo: una fe sin obras está muerta.

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