Oasis
Un barquero trasladaba pasajeros en su bote. Cierto día un engreído y solemne profesor alquiló sus servicios.
Un barquero trasladaba pasajeros en su bote. Cierto día un engreído y solemne profesor alquiló sus servicios.
Quería que lo transportara a la orilla opuesta de un ancho río. Al comenzar el cruce, el erudito preguntó: ¿El viaje sería muy movido?
- Eso depende tal vez según…- le contestó Nasrudín.
- ¿Nunca aprendió usted gramática para expresarse bien?
- No - dijo calmado el barquero.
- En ese caso, ha desperdiciado la mitad de su vida.
Luego le preguntó si sabía algo del universo y de filosofía y, ante un no, replicó: ha perdido parte de su vida.
Al rato se levantó una terrible tormenta y el bote comenzó a llenarse de agua. El barquero se inclinó hacia su pasajero y le dijo:
- Aprendió usted alguna vez a nadar?
- No - contestó el sabio gramático.
- En ese caso, amigo, ¡ha desperdiciado TODA su vida, porque nos estamos hundiendo!
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