El pais
SUSCRÍBETE

Oasis

Cuenta la historia que un sabio maestro invitó a sus discípulos a meditar en la hermosa campiña.

2 de marzo de 2020 Por: Gonzalo Gallo

Cuenta la historia que un sabio maestro invitó a sus discípulos a meditar en la hermosa campiña.

De camino los invitó a asombrarse con la belleza de la creación, al llegar les dio una hoja y un lápiz, y les dijo:

Cada uno va a meditar en silencio, y en 20 minutos me entregan una plegaria o una nota de gratitud.

Cuando las recibió se llevó una sorpresa: casi todos daban gracias por lo mismo, de modo rutinario. Algo así:

“Gracias, oh Dios, por mis padres, mi hogar, mis hijos, mi salud, mis amigos y mi trabajo”. Lo que se suele hacer.

Sólo dos se abrieron a dar gracias por algo más: uno dio gracias por un simple botón de la ropa y otro por una hojita de una planta.

El sabio felicitó a estas dos personas y dijo: “La gratitud te alegra cuando valoras hasta lo más insignificante”.

Dar gracias trae felicidad, pero hazlo de modo creativo, valora todo y no te limites a agradecer siempre lo mismo.

Sigue en Instagram @Gonzalogallog

AHORA EN Gonzalo Gallo